Como lo reafirmamos siempre, las ciudades están cambiando cada vez más, y sus poblaciones están incrementando la vida acelerada que hoy las caracteriza. Esto, apoyado por las características tecnológicas que las han llevado a su conversión en ciudades red, con lo que se rompe el paradigma del urbanismo estimulante del ayer.

Curiosamente, la historia relata que las urbes laberínticas de la Edad Media —que nacieron en los embaldosados de los patios y en algunas construcciones eclesiásticas— hoy parecieran ser la imagen de las ciudades menos desarrolladas, pues el juego espacial de sus lugares de encuentro —entremezclados con los del comercio, la vivienda y demás— forma parte de los barrios laberínticos del presente. Estos, a imagen y semejanza de las ciudades del pasado.

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Sin embargo, la riqueza de estos espacios urbanos singulares se ha ido transformando con el tiempo, para convertirse en los lugares más requeridos por el turismo de economía menor.

En el caso de La Paz, esto es lo que se observa en los barrios más populosos y turísticos como la Illampu, la Eloy Salmón, la Sagárnaga y su entorno. Estos se hallan equipados por una hotelería modesta, pero actualizada con la tecnología de los últimos años. De esa manera, la vida urbana en esos lugares entreverados entre callejuelas, callejones y edificaciones destinadas al recreo, resulta más atractiva para el turismo mencionado.

Otra particularidad es que en esos barrios se entrecruzan los espacios de tránsito peatonal con los del tránsito vehicular, lo que a simple vista denotaría la falta de toda norma urbana. A ello se adiciona la densidad de elementos instalados, como es el caso de las ch’iwiñas (toldos), que refuerzan la imagen de ciudad laberíntica.

En esa lógica, hay todo en las calles, pues allí se come, se baila, se bebe, se trabaja. Y lo singular es que también están presentes —con grandes galpones— los comerciantes mayoristas, quienes se hallan mimetizados en el laberinto de edificaciones y kioscos de su entorno.

De esa forma se desenvuelve la ciudad laberíntica, que por sus condiciones de urbe entreverada de experiencias es parte de la vida efervescente de ese sector de la sede de gobierno. Allí, los hospedajes turísticos, por ejemplo, captan a sus usuarios apoyados en una tecnología informática básica.

En definitiva, ese sector urbano se halla entremezclado en medio de espacios con distintas funciones, las cuales le dan el sentido de ciudad abierta a las experiencias.

La temática del laberinto urbano está perfectamente representada en esos barrios debido a su complejidad espacial y social, que los convierte en el centro motriz donde el sentido comercial motiva esa especie de juego entre lo imprevisto y lo tecnológico. Un encuentro entre las fuerzas fortuitas que delatan que en esos barrios lo invisible o no detectado forma parte de la ciudad oculta, lo que posiblemente para el visitante extranjero es el mayor atractivo.

Por otra parte, los espacios laberínticos, aunque sea desesperante el transitarlos, demuestran que allí se impone la fuerza del movimiento corporal de la población.

Es evidente que en las urbes también existen sectores que no conllevan sentido alguno, sin embargo, los lugares laberínticos relatan que fueron estructurados subordinando y dejando al olvido toda norma.

Borges afirmaba que esos lugares son como entrar a una obra literaria fantástica donde el tramado confuso y oscilante denota que allí todo puede suceder; por eso, lo más atrayente es la obsesión de su relación mágica con la mítica que conllevan.

(*) Patricia Vargas es arquitecta

QOSHE - Lugares laberínticos en la ciudad - Patricia Vargas
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Lugares laberínticos en la ciudad

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10.11.2023

Como lo reafirmamos siempre, las ciudades están cambiando cada vez más, y sus poblaciones están incrementando la vida acelerada que hoy las caracteriza. Esto, apoyado por las características tecnológicas que las han llevado a su conversión en ciudades red, con lo que se rompe el paradigma del urbanismo estimulante del ayer.

Curiosamente, la historia relata que las urbes laberínticas de la Edad Media —que nacieron en los embaldosados de los patios y en algunas construcciones eclesiásticas— hoy parecieran ser la imagen de las ciudades menos desarrolladas, pues el juego espacial de sus lugares de encuentro —entremezclados con los del comercio, la vivienda y demás— forma parte de los barrios laberínticos del presente. Estos, a imagen y semejanza de las ciudades del pasado.

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Sin embargo, la riqueza de estos espacios urbanos singulares se ha........

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