Rodeada de montañas y grandes vientos no favorables para la navegación a vela, Barcelona fue el sitio menos propicio para hacer nacer al ave fénix de España.

Un lugar donde en la Edad Media no era posible que atracaran grandes embarcaciones en sus puertos de dimensiones limitadas, por lo que requerían echar mano de pequeñas barcazas para descargar sus productos. Lo sorprendente fue que este sitio era el más importante de Europa.

Pero llegó el despegue industrial del siglo XIX y Barcelona surgió en medio de una infinidad de disturbios civiles relacionados con las luchas entre carlistas y liberales.

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Sin embargo, esa realidad no evitó que esa urbe se convirtiera en la más importante de España, para luego transformarse en la ciudad moderna de mayor relevancia de ese país europeo. Esto a pesar de los pocos recursos con que contaba.

Esa nueva urbe se destacó por la construcción de grandes edificios industriales, los cuales resaltaron su pujanza plasmada en la multiplicación de fábricas, sin olvidar que en paralelo renacieron las artes y las letras.

Gracias a esos avances, la Declaración de 1855 afirmó que allí los palacios no albergaban faraones ni orgías, sino a los productores de la historia económica de esa ciudad. Fue desde ese momento que arquitectos sembraron, como afirman escritos, el estilo nacional y la urbe expresó con fantasías moriscas obras representativas como la Casa Batlló (patrimonio de la Unesco) y el templo de la Sagrada Familia, ambas del arquitecto Antonio Gaudí. Un universo simbólico que además abarca a las torres de cuento de los arquitectos Rogent y otros.

El ascenso de Barcelona llegó con la invitación para ser la sede de la Exposición Internacional de 1929, cuando la ciudad ya superaba el millón de habitantes. Con ello, el ave fénix catalana inició el camino irreversible de su desarrollo.

En dicha muestra, el arquitecto Mies van der Rohe presentó el pabellón del Estado alemán con una propuesta, según Kennett Frampton, de innegable composición suprematista-elementarista.

La ciudad española fue sorprendida por el racionalismo del pabellón alemán y nació el acuerdo para superar la Barcelona de la generación anterior. Así, a principios de ese siglo ya prevalecía el estilo modernista.

La historia de Barcelona es destacable en la lucha por el surgimiento de una urbe próspera, ya que desde 1834 las distintas revoluciones en sus colonias llevaron a su florecimiento en 1929. Asimismo, su pujanza la condujo a su conversión en ciudad de irrefrenable desarrollo hasta llegar a ser la más importante de España.

Esa región comenzó a vivir un nuevo tiempo gracias a las distintas experiencias y los grandes anhelos de crecimiento que fueron alcanzados con los esfuerzos de su población.

En 1980, Barcelona inició su transformación contemporánea y sus proyectos urbanos estratégicos cobraron impulso gracias a su nominación como sede de los Juegos Olímpicos de 1992.

Lo singular es que los nuevos proyectos mostraron una fase evolutiva significante y de transformación de esa ciudad, la cual comenzó a proponer grandes transformaciones y para ello se propuso un urbanismo que “se realice a través de la arquitectura y no así en criterios abstractos”. Bajo esa premisa, las autonomías de la arquitectura propusieron hacer un urbanismo con arquitecturas personalizadas.

Es evidente que las ciudades anhelan grandes transformaciones logradas gracias al tesón de sus sociedades y a quienes las dirigen. En el caso de Barcelona, las nuevas intervenciones realizadas permitieron convertirla en el nuevo ave fénix de España.

(*) Patricia Vargas es arquitecta

QOSHE - Un ave fénix… una ciudad - Patricia Vargas
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Un ave fénix… una ciudad

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05.01.2024

Rodeada de montañas y grandes vientos no favorables para la navegación a vela, Barcelona fue el sitio menos propicio para hacer nacer al ave fénix de España.

Un lugar donde en la Edad Media no era posible que atracaran grandes embarcaciones en sus puertos de dimensiones limitadas, por lo que requerían echar mano de pequeñas barcazas para descargar sus productos. Lo sorprendente fue que este sitio era el más importante de Europa.

Pero llegó el despegue industrial del siglo XIX y Barcelona surgió en medio de una infinidad de disturbios civiles relacionados con las luchas entre carlistas y liberales.

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Sin embargo, esa realidad no evitó que esa urbe se convirtiera en la más importante de España, para luego transformarse en la ciudad moderna de mayor relevancia de ese país europeo. Esto a pesar de los pocos recursos con que contaba.

Esa nueva urbe se destacó........

© La Razón


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