Una pieza fundamental de estudio en Comunicación Política es la campaña por la aprobación de la opción No que se realizó para el plebiscito de Chile en 1988, cuando se sometía a votación popular la permanencia en el gobierno del dictador Augusto Pinochet. “Chile, la alegría ya viene” constituyó el eslogan que el pueblo chileno apropió para darle sentido y unidad comunicacional al anhelo de acabar con su extensa noche dictatorial. Con los años, las piezas comunicacionales que compusieron esta campaña, una de las más famosas del siglo pasado, fueron ampliamente estudiadas en Latinoamérica. Para el estado anímico de la sociedad de esa época, la promesa de que la democracia, la posibilidad de hacer política libre, en suma: la alegría, estaba a la vuelta de la esquina, era lo suficientemente eficaz como para conquistar afectos y, en consecuencia, aunar votos para esa batalla electoral. Al final del día, en la historia larga, las campañas políticas terminan siendo una instancia mediante la cual se ordenan los discursos de una determinada coyuntura o época política.

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Cerca de 25 años después, otra campaña —también plebiscitaria— ha dado de qué hablar al mundo de la comunicación política, por lo menos ahora en Chile. Se trata de la campaña que persigue la aprobación del texto que propuso el Consejo Constitucional y que se votará el siguiente 17 de diciembre. El mensaje más altisonante de las primeras piezas comunicacionales que se hicieron públicas de esta campaña postula un potente “Que se jodan”, como eslogan. El mismo spot se encarga de señalar que no se trata de una metáfora, sino que convoca a votar por la opción de Apruebo, con el trasfondo de dar un rabioso mensaje al gobierno y a quienes pretendieron escribir un nuevo texto constitucional mediante una fallida Convención. En suma, y a reserva de la efectividad del mensaje, se trata con claridad de uno elaborado desde y para la antipolítica, un mensaje que busca hacer uso de la indignación y el descrédito de la mal llamada “clase política”.

El caso de la vigente campaña electoral en Chile solamente se suma a este nuevo sentido ético y estético de la actual época política y su razonable correlato, en la “cuarta edad” de la Comunicación Política. Para muestra un botón. Basta recordar el tono de la campaña que acompañó a Javier Milei hasta su victoria y una similar apuesta por un lenguaje altisonante, que ubica en lugares muy cercanos al #VivaLaLibertadCarajo argentino y el #QueSeJodan chileno.

No se trata de establecer que existen fronteras lingüísticas y discursivas más permitidas (o deseables) que otras en un marco de corrección política, mucho menos ahora que La rebeldía se volvió de derecha, como postula Pablo Stefanoni; sino de continuar descifrando el sentido epocal de la política de hoy, a través de sus manifestaciones comunicacionales.

Con un cuarto de siglo de por medio, no es difícil caer en cuenta que existe una clara distancia ética y estética entre el #LaAlegríaYaViene y el #QueSeJodan. El primero que celebra un nuevo tiempo político y el segundo que convoca a clausurar (y sancionar) el tiempo precedente. Así las cosas, es bastante claro que no se trata solo de una brecha entre una estética y otra al momento de construir un mensaje, sino más bien de una fisura entre una ética y otra, al momento de entender el rol de la política institucional en la vida de las sociedades. Y acá es donde huelga no generar confusiones: no se trata de anarquismo, se trata de antipolítica. Y de sus consecuentes riesgos para la salud y la vigencia de la democracia.

(*) Verónica Rocha Fuentes es comunicadora. Twitter: @verokamchatka

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Ética y estética comunicacional de época

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01.12.2023

Una pieza fundamental de estudio en Comunicación Política es la campaña por la aprobación de la opción No que se realizó para el plebiscito de Chile en 1988, cuando se sometía a votación popular la permanencia en el gobierno del dictador Augusto Pinochet. “Chile, la alegría ya viene” constituyó el eslogan que el pueblo chileno apropió para darle sentido y unidad comunicacional al anhelo de acabar con su extensa noche dictatorial. Con los años, las piezas comunicacionales que compusieron esta campaña, una de las más famosas del siglo pasado, fueron ampliamente estudiadas en Latinoamérica. Para el estado anímico de la sociedad de esa época, la promesa de que la democracia, la posibilidad de hacer política libre, en suma: la alegría, estaba a la vuelta de la esquina, era lo suficientemente eficaz como para conquistar afectos y, en consecuencia, aunar votos para esa batalla electoral. Al final del día, en la historia larga, las campañas........

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