Carta de divinidad
Hace falta ser majadero para invertir la noche de Nochevieja en concentrarse en un rincón de Madrid y montar una caravana con un frío que pela, cuyo epílogo es alzar un muñeco con la estampa del presidente Sánchez y tundirlo a palos a la intemperie para retornar a casa sin otra recompensa que el sofoco, las agujetas del ejercicio y los sabañones. Lamentablemente, mamarrachadas de esta estofa no son infrecuentes en el vesánico comportamiento de ciertos sectores de la sociedad española, pero a la hora de elegir, no sé cuál es majadería mayor. Si atizarle de zurriagazos a un muñeco con cara de........
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