Tras pasar tal vez demasiado tiempo condenada al ostracismo, alguna patología poco a poco se va haciendo famosa, si es que se nos permite semejante expresión, pues no le encontramos na da positivo al sufrimiento humano como para compararlo con el honor y la gloria. Sostiene Aloysius que más que famosa, la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) se ha ido haciendo más notoria, especialmente a partir del reciente tirón de orejas que Juan Carlos Unzué le dado a los políticos, ex-futbolista, ex-entrenador y valedor de los derechos de estos enfermos cuya situación por desgracia él conoce demasiado bien.

Con gran valentía, otro insigne portero de fútbol mucho más cercano para todos los ourensanos, afirmaba conocer el camino que le quedaba por recorrer, desde el momento del diagnóstico de su ELA hasta el final. Nos referimos al gran Miguel Ángel, excelso guardameta del Real Madrid y de la Selección española. Comentamos hace un tiempo la misteriosa relación entre el fútbol y la ELA. Desde 1960 hasta hoy, más de 40 jugadores del Calcio italiano la han padecido. De origen incierto y de momento incurable, los expertos aun no han conseguido explicar cómo es posible que entre 1970 y 2001 se hayan dado más casos de ELA entre los futbolistas de la Serie A y B italiana que entre la población general. Sin concretar evidencias, se han barajado diversas causas: desde el ejercicio físico intenso (común con otros deportes) hasta los traumatismos repetidos en la cabeza y las piernas; desde agentes químicos y tóxicos, como algunos abonos y herbicidas para el cuidado del césped, hasta el consumo de ciertas sustancias consideradas dopantes.

El primer caso entre los futbolistas españoles fue el de Ángel Zubieta, mediocentro defensivo internacional con España y que defendió los colores del Athletic Club y el San Lorenzo de Almagro, en Argentina. A la infausta lista de futbolistas italianos (Vincenzi, Signorini, Lombardi, Borgonovo y Anastasi), hay que añadir a Carlos Matallanas, además periodista y divulgador de esta enfermedad neurodegenerativa, y al neerlandés Riksen, al polaco Mowak y a los británicos Revies y Maddren. También hemos comentado en el blog “Medycine” la película “El honor de los Yanquis” (1942) de Sam Wood, cuando Gary Cooper encarnó a Lou Gehring, el legendario jugador profesional de beisbol norteamericano que falleció prematuramente a causa de la ELA.

Y traemos todo esto hoy a colación para demandar más atención para estos enfermos y sus familias, condenados a la desaparición y el abandono mientras desde la sociedad continuamos mirando hacia lado. En memoria de mi tío Argimiro, y de Alberto, Marcos, Fran, Rubén, Jordi, Carlos, Miguel Ángel, Juan Carlos, Raúl y Nuria… y de tantos otros más.