En el lodazal en el que se ha convertido la política española, con ventiladores para esparcir inmundicias, con matones de discoteca, con navajazos infames y la delicadeza en un establo, a los representantes políticos les ha dado por apropiarse del lenguaje juvenil y grosero que está muy lejos de la retórica de los clásicos. A la presidenta madrileña, la ínclita Isabel Díaz Ayuso, se le ha escuchado desafiar a la comisión de investigación del Congreso sobre la compra de mascarillas durante la pandemia porque irá “a cantar lo más grande”, que es como decir que van por lana y saldrán trasquilados. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès acudirá a la Comisión de Comunidades del Senado no para defender la ley de amnistía sino para “trolear” al PP, o sea, a provocar, boicotear y entorpecer la conversación sobre una cuestión de gran relevancia. Y una diputada tan fina y culta como la portavoz adjunta del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha dicho que quiere que la juzguen “por lo que tengo en la cabeza y no por lo que tengo entre las piernas” para manifestarse en contra de las cuotas para las mujeres. A todos ellos les vendría bien un curso de urbanidad, buena su costumbres y de respeto a lo que representan y a quienes representan.

QOSHE - Lenguaje - Ramón Pastrana
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Lenguaje

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06.04.2024
En el lodazal en el que se ha convertido la política española, con ventiladores para esparcir inmundicias, con matones de discoteca, con navajazos infames y la delicadeza en un establo, a los representantes políticos les ha dado por apropiarse del lenguaje juvenil y grosero que está muy lejos de la retórica de los........

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