A los 12 empresarios los fue recibiendo en la sala de la casa junto al mar la primera dama, Verónica Alcocer. El lugar elegido para la recepción fue la Casa de Huéspedes Ilustres, diseñada por el arquitecto Rogelio Salmona, que está construida en el Fuerte San Juan de Manzanillo de Cartagena. “Es la primera vez que el presidente abre la casa, el espacio privado, a una reunión así”, le dijo a La Silla una de las personas presentes, que pidió no ser citada por nombre porque no es portavoz.

El espacio se fue llenando con los empresarios a partir de las 12:30 de la tarde, para el almuerzo al que invitó el presidente Gustavo Petro. “Verónica estaba de animadora de la conversación, ella es costeña, elegante”, dice Carlos Enrique Cavelier, el presidente de Alquería, la empresa lechera de Cundinamarca.

Petro llegó minutos más tarde acompañado de Laura Sarabia, la actual directora del Departamento de Prosperidad Social y exjefa del despacho presidencial, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, César Ferrari, el superintendente financiero, Luis Gilberto Murillo, embajador en Washington, y Juan Fernández, consejero empresarial de Casa de Nariño.

El evento fue presentado por el presidente Petro como el primero de una serie de diálogos, del que hace parte la reunión de hoy con el expresidente Álvaro Uribe para discutir la reforma de salud. Con los empresarios, la presencia de Bonilla puso una cuota del gabinete de ministros, en una reunión que, por lo demás, fue liderada por Sarabia. El director del Dapre, Carlos Ramón González, estuvo ausente.

Del lado de los empresarios, asistieron los siguientes:

Tras la llegada de Petro, la comitiva pasó al comedor para el almuerzo.

Fue un pescado crudo. “Tataki de pescado, delicioso”, dice Cavalier. “Fue sashimi”, afirma otra fuente que asistió. El desacuerdo en el nombre del plato equivale al que existe frente a cómo llamar al evento. “Diálogo nacional”, lo llamó el presidente Petro en una declaración televisada que dio tras el encuentro. Pero antes de la reunión, las fuentes de palacio insistieron en que este evento no era parte del acuerdo nacional al que ha aludido Petro en varias ocasiones.

“Ellos son un poco etéreos en muchas cosas, pero como decía Deng Xiaoping, no importa que el gato sea blanco o que sea negro, sino que cace ratones”, dice Cavalier. El empresario lechero subrayó que el ambiente de la conversación fue “fluido y ameno”. “Algunos íbamos como a la casa de los horrores, pero llegamos y esto era Disney”, agrega sobre el contraste entre el ambiente previo de hostilidad hacia los empresarios que habían sembrado varios comentarios del presidente Petro y la conversación durante el almuerzo.

La articuladora de la charla en la mesa fue Sarabia. Petro tomó la palabra brevemente y habló de los temas que le interesaban, del desarrollo del campo, la pobreza y el diálogo con los privados. Luego el ministro Bonilla dio un breve panorama de cómo el gobierno estaba viendo los temas económicos.

Y después, cada uno de los invitados mencionó los proyectos que les interesaban y dónde pensaban que había oportunidades de trabajar con el gobierno.

El plato fuerte fue una posta cartagenera servida sobre un puré de yuca. Mientras comían, Sarabia asumió el rol de articuladora, pero sin asumir el papel de moderadora. Los intercambios entre la comitiva del gobierno y los empresarios fluyeron de acuerdo a los temas planteados sobre la mesa, y no hubo un orden establecido.

Por ejemplo, Santo Domingo empezó hablando sobre educación y los demás plantearon sus ideas sobre el tema, como la necesidad de mejorar la infraestructura y el nivel educativo en el país. “Hablamos de reforzar la infraestructura educativa a partir del mecanismo de obras por impuestos”, dice Cavalier.

El gobierno y los empresarios recorrieron, además de la educación, otros cuatro temas en particular.

El segundo tema que abordaron fue la necesidad de mejorar la productividad del país. “Coincidimos en que el índice de productividad en el país lleva muchos años estancado, y en que debemos hacer un esfuerzo para mejorarlo”, dice la persona presente del gobierno. En este frente se hizo mención a la inclusión financiera, la inequidad en el reparto de la tierra y la apuesta del gobierno de mejorar la productividad agroindustrial por hectárea, una de las políticas del corazón ideológico de Petro.

El tercer tema estuvo relacionado con la política de paz del gobierno en los territorios. La región Pacífica, particularmente Buenaventura, sumergido en una ola de violencia, apareció en la conversación, y lo conectaron con las inversiones que requiere su puerto. El gobierno y los empresarios también coincidieron en las necesidades de infraestructura que requiere el Chocó, uno de los departamentos más pobres del país. “Podemos tener diferencias en el cómo, pero todos coincidimos en que debemos superar el hambre y la inequidad en el país”, dice Cavalier.

Los dos últimos temas fueron la preservación del medio ambiente y el desarrollo empresarial en regiones atrasadas. La Guajira y la Orinoquía fueron dos de las regiones protagonistas en estos puntos. Frente a La Guajira, el gobierno y los empresarios hablaron sobre sus poblaciones marginadas, como las comunidades indígenas, protagonistas en las ambiciosas apuestas que ha hecho Petro en este departamento. Y con respecto a la Orinoquía discutieron sobre cómo conectar mejor esta región, que cuenta con ventajas competitivas para desarrollar la agroindustria.

La conversación duró cerca de cuatro horas. Finalizado el intercambio, los empresarios fueron consultados sobre el comunicado que posteriormente publicó el gobierno. Era un borrador que recogía los cinco temas que abordaron. “Se hizo casi en conjunto”, dice Cavalier.

La conversación fluyó sin demasiada estructura. Pero ninguno de los temas estaba improvisado. “Es el resultado de varios meses de planeación. Con cada uno fuimos trabajando temas de acuerdo a sus líneas de interés. Con Sarmiento, por ejemplo, hemos venido hablando sobre inclusión financiera”, dice la persona del gobierno.

Por delante queda concretar, de acuerdo a las conversaciones, políticas con los ministerios y los demás niveles del gobierno. Los encargados de esa tarea son Sarabia y Fernández, quienes asumieron la responsabilidad de aterrizar en el gabinete y los departamentos administrativos los proyectos discutidos con los cacaos empresariales.

“Todos estuvimos de acuerdo en todo”, dice Cavalier. Y los temas en los que no estaban de acuerdo, no se tocaron. Nada en la conversación amargó el pie de coco que llegó de postre, con helado. Ni las reformas que han dividido opiniones y que están estancadas en disputas agrias en el Congreso, ni las declaraciones anteriores de Petro sobre los empresarios, a quienes ha calificado de “esclavistas”. “Cuando uno quiere solucionar un problema no se pone a hablar del pasado porque no soluciona nada”, dice la fuente del gobierno.

Lo más parecido a una tensión fue un intercambio entre Alcocer y Carlos Julio Ardila alrededor de la Kola Román light, servida durante el almuerzo. Esta gaseosa es competencia de los productos de Postobón, la compañía de la Organización Ardila Lulle.

Sin embargo, detrás existen asuntos sin resolver. Mientras en la mesa se mencionó la necesidad, por parte de algunos empresarios, de asignar gerentes a los proyectos específicos, desde el gobierno la idea es que Sarabia y Fernández cumplan ese papel. Eso, a su vez, anticipa preguntas dentro del gobierno, como el rol del director González, el hombre que ocupó el vacío de poder que dejó Sarabia luego de salir en medio del escándalo por el polígrafo y la chuzada a su niñera.

La reunión terminó otra vez en la sala de la Casa de Huéspedes. “Petro se portó como un estadista, fue inteligente, escuchó, mostró que conoce el país”, dice Cavalier. Sobre las 4:30 de la tarde, los 11 hombres y una mujer del mundo empresarial que estuvieron con el presidente salieron en lancha rumbo a Cartagena con las puertas abiertas para el diálogo, pero con acuerdos aún por concretar.

QOSHE - Los huéspedes ilustres de Petro: adentro de la reunión con los cacaos - Daniel Pacheco
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Los huéspedes ilustres de Petro: adentro de la reunión con los cacaos

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22.11.2023

A los 12 empresarios los fue recibiendo en la sala de la casa junto al mar la primera dama, Verónica Alcocer. El lugar elegido para la recepción fue la Casa de Huéspedes Ilustres, diseñada por el arquitecto Rogelio Salmona, que está construida en el Fuerte San Juan de Manzanillo de Cartagena. “Es la primera vez que el presidente abre la casa, el espacio privado, a una reunión así”, le dijo a La Silla una de las personas presentes, que pidió no ser citada por nombre porque no es portavoz.

El espacio se fue llenando con los empresarios a partir de las 12:30 de la tarde, para el almuerzo al que invitó el presidente Gustavo Petro. “Verónica estaba de animadora de la conversación, ella es costeña, elegante”, dice Carlos Enrique Cavelier, el presidente de Alquería, la empresa lechera de Cundinamarca.

Petro llegó minutos más tarde acompañado de Laura Sarabia, la actual directora del Departamento de Prosperidad Social y exjefa del despacho presidencial, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, César Ferrari, el superintendente financiero, Luis Gilberto Murillo, embajador en Washington, y Juan Fernández, consejero empresarial de Casa de Nariño.

El evento fue presentado por el presidente Petro como el primero de una serie de diálogos, del que hace parte la reunión de hoy con el expresidente Álvaro Uribe para discutir la reforma de salud. Con los empresarios, la presencia de Bonilla puso una cuota del gabinete de ministros, en una reunión que, por lo demás, fue liderada por Sarabia. El director del Dapre, Carlos Ramón González, estuvo ausente.

Del lado de los empresarios, asistieron los siguientes:

Tras la llegada de Petro, la comitiva pasó al comedor para el almuerzo.

Fue un pescado crudo. “Tataki de pescado, delicioso”, dice Cavalier. “Fue sashimi”, afirma otra fuente que asistió. El desacuerdo en el nombre del plato equivale al que existe frente a cómo llamar al evento. “Diálogo nacional”, lo llamó........

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