La reforma agraria del gobierno se ha desarrollado en medio de una batalla interna. La protagonizan la ministra de Agricultura, Jhenifer Mójica, y el exdirector de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), Gerardo Vega. El ataque más reciente lo emprendió Vega, quien hizo una ronda de medios para señalar a Mójica de ser el principal obstáculo para una de las grandes banderas del presidente Petro.

El enfrentamiento tiene al sector de tierras del gobierno descoordinado, aún tras la decisión de Petro de sacar a Vega del cargo. Hubo eventos cancelados por peleas internas, funcionarios que renunciaron en medio del conflicto y hasta la intermediación de Petro para que se le bajara el tono al enfrentamiento. Desde afuera, Vega sigue dando la pelea. “Me quieren en la cárcel, intentan matarme políticamente, lo que sigue es el asesinato físico”, escribió en Twitter señalando a la ministra.

Su salida tiene consecuencias prácticas. Por ejemplo, corta la relación de confianza que construyó con los ganadores de Fedegán, clave para la reforma. También deja una enorme desconfianza en las cifras contradictorias que presentaron sobre la formalización de tierras. En el fondo existe una pugna, en la que se perdió la cordialidad, entre dos visiones dentro del petrismo sobre el problema de la tierra.

Vega es un exdirigente del EPL de 64 años, que se desmovilizó en 1991. Luego fundó Forjando Futuros, una ong de restitución de tierras que hace un activismo aguerrido en zonas que fueron de dominio paramilitar. Mojica, de 43 años, es una técnica de izquierda. Como abogada hizo su carrera con un grupo de activistas expertos en temas agrarios de la Universidad Nacional. Los dos son viejos conocidos porque trabajaron juntos en el primer piloto de restitución de tierras en el Urabá, en el 2009, y luego fueron pareja por varios años.

“La tecnocracia de izquierda ve fantasmas y peligros en todos lados, existe un activismo normativo y judicial que no permite sacar las cosas adelante”, dice Vega. La ministra Mójica le dijo a La Silla que decidió no pronunciarse sobre las declaraciones de Vega.

Con la salida de Vega queda golpeada la confianza del gobierno con los ganaderos representados por Fedegán, el poderoso gremio liderado por José Félix Lafaurie. “Lo que más me sorprendió de las declaraciones de Vega fue su afirmación de que en el ministerio pretenden ‘desfedeganizar’ la reforma agraria”, le dijo Lafaurie a La Silla. “Con la ministra tengo poco contacto en casi todos los temas. Si tú envías un whatsapp y no te lo contestan…”, agregó sobre su distante relación con Mójica.

Desde el inicio del gobierno, Fedegán ha sido un actor clave para la política de tierras del gobierno. En octubre del 2022, la exministra, Cecilia López, logró un acuerdo con el gremio para comprarle 3 millones de hectáreas a los ganadores. En su momento, Petro tasó esa meta de compras en 60 billones de pesos, una cifra que equivale a dos terceras partes de todo el presupuesto de inversión del gobierno para el 2024.

Con el tiempo, la ambiciosa cifra se ha ido rebajando. Hoy, la meta es terminar el mandato comprando la mitad, 1.5 millones de hectáreas. Y tras la salida de la ministra López, Vega fue el interlocutor de Lafaurie.

Por ejemplo, según Lafaurie, Vega le pidió que le recomendara empresas que midieran el tamaño de los predios con georreferenciación, una práctica inusual en Colombia y que permite hacer delimitaciones de manera rápida y barata, pero que puede ser imprecisa.

En el entorno de la ministra Mójica reconocen la distancia con Lafaurie. “La relación es tensa. Toda la vida estuvieron en orillas distintas. Es difícil que tengan una conversación por whatsapp”, dice un exfuncionario del Ministerio de Agricultura, quien conoció de primera mano la relación de Mójica con el presidente de Fedegán.

La ANT, ahora dirigida por Juan Felipe Harman, pasó de tener poco menos de un billón de pesos para invertir a tener 5,2 billones para comprar tierras. Este presupuesto es equivalente al que tiene Barranquilla para todo el año. El presupuesto del Ministerio es mucho menor, 1,7 billones. La distribución refleja la visión del presidente Petro de que la reforma agraria se hace primero comprando mucha tierra.

Una de las principales quejas de Mójica frente a los planes de Vega para comprar tierras es que eran riesgosos y no respetaban sus políticas para poner a producirlas, según un exalto funcionario de Finagro que conoció de primera mano la pelea, y quien pidió la reserva de su nombre.

En Támesis, Córdoba, La Silla pudo comprobar la lentitud del gobierno para poner a producir la tierra. En octubre del 2022, el gobierno le adjudicó una finca de 590 hectáreas a 60 familias. Pero sólo hasta este año, y después de quejas públicas de sus nuevos dueños, la Agencia de Desarrollo Rural les hizo entregas de materiales para sacar adelante proyectos productivos, como semillas, motobombas y fumigadoras.

Vega fue abanderado de riesgosos mecanismos para comprar tierras, como las promesas de compraventa como garantía para comprar predios. “El Estado no puede invertir en predios con riesgos jurídicos. Los negocios se pueden caer. Cuidar de los recursos públicos implica sanear con anterioridad esos problemas”, explica Samper, el exdirector de la ANT en el gobierno Santos, cuando se compraron apenas 13 mil hectáreas en los tres primeros años.

Desde el entorno de Mójica sintieron por parte de Vega un “desprecio permanente” a las políticas que impulsan. Por ejemplo, el 3 de agosto del año pasado, Mójica lanzó con la presencia de Petro el “Sistema Nacional de Reforma Agraria”, que articula diferentes ministerios para solucionar los múltiples problemas del acceso a la tierra, como sus conflictos jurídicos y el acceso al crédito para los campesinos. “Gerardo pensaba que eso era simplemente más burocracia”, dijo el exalto funcionario de MinAgricultura.

“Ellos son lentos para montar los proyectos productivos. Uno no puede gestionar al paso del más lento. ¿Entonces debí esperar a que ellos se organizaran? Nosotros fuimos comprando. El mundo no es perfecto. Y ellos estaban llenos de reglamentos y procedimientos”, argumenta Vega.

La presentación de las cifras de la reforma agraria fue el primer punto de discordia público. Y el principal. Las discrepancias con Vega empezaron incluso antes de que Mójica fuera nombrada como ministra, en abril del 2023. Desde su puesto en la Unidad de Restitución de Tierras, antes de llegar al gabinete, cuestionó de manera privada los números de la ANT.

Mójica siempre se opuso a que Vega incluyera en las cifras de tierras formalizadas aquellas tituladas en el pasado, pero cuyos papeles no fueron debidamente entregados a los dueños de los terrenos, como en su momento lo reveló El País América. Él aún se defiende: “¿Uno cómo va a disfrutar un derecho del que no ha sido informado? Ese es un trabajo que debe hacerse. Son miles de títulos que se encuentran en los sótanos de la agencia”.

De hecho, una parte gruesa de las cifras presentadas por Vega son títulos de propiedad entregados formalmente. El 37% de las cifras que Vega ha publicado como parte de la reforma agraria están en esta categoría. Cuando las cifras salieron en el periódico del gobierno, el Detector de La Silla las calificó de engañosas, usando las cifras del Ministerio.

La ANT sostuvo que la entidad compró 230 mil hectáreas en 2023. Mientras tanto, el Ministerio en sus informes las bajó hasta 81.930 hectáreas. Y la propia ministra, en una entrevista a El Tiempo, dijo que las últimas cifras eran de 100 mil hectáreas compradas.

Los escenarios de la disputa por las cifras fueron varios. Y con el tiempo, abiertamente hostiles.

Vega cuenta, por ejemplo, que desde la primera reunión que tuvo con Mójica, siendo ministra, ella le pidió “transparentar las cifras”. Luego tuvieron un pulso por las cifras que Petro incluía en sus principales discursos para hablar sobre la reforma agraria del gobierno. “Jhenifer se puso furiosa por los números que Vega finalmente le pasó al presidente para su discurso en el Congreso”, cuenta el exfuncionario de Agricultura, algo que también contó El País.

“Llegaron a un punto en el que se levantaban la voz al frente del presidente. O Jhenifer dejaba hablando solo a Gerardo. Era realmente insostenible. El presidente incluso los tenía que calmar”, cuenta otro alto funcionario del gobierno, presente en los gabinetes agrarios del gobierno, quien pidió la reserva de su nombre para contar detalles de las reuniones.

El segundo gran punto de la discordia fue el plan de compra de tierras de Vega.

Una de las iniciativas que impulsó Vega fue crear un grupo de Whatsapp para atender los procesos de adjudicación y compra de tierras. Vega les pedía a los ganaderos que se metieran al grupo y ofertaran sus fincas para que la agencia iniciara los procesos de compras. También reemplazó formularios de la entidad por una serie de preguntas en el chat con el que las personas quedaban inscritas como posibles beneficiarios de las tierras.

Ese esfuerzo por simplificar los trámites se convirtió, sin embargo, en procesos riesgosos para adquirir tierras.

Vega impulsó, por ejemplo, la adquisición de tierras a través de promesas de compraventa o la medición satelital de los predios a comprar, dos prácticas inusuales que pueden acarrear futuras demandas contra el Estado, o riesgos de corrupción. “Son mecanismos que existen en la ley. ¿Por qué si en las ciudades pueden utilizarse en el campo no? ¿Acaso las personas en la ruralidad son ciudadanos de segunda clase?”, dice Vega.

En el caso de las promesas de compraventa porque implica que el Estado pague un anticipo sobre un terreno del que no se tiene plena seguridad que esté saneado jurídicamente. La compra de los predios en Colombia se hace luego de una verificación técnica y jurídica con la que se tiene certeza que no tiene problemas en su propiedad y es productivo. Y en el caso de la medición satelital de los predios porque, como explica Samper, se trata de una herramienta que puede ser imprecisa, y por eso la ley exige visitas presenciales para determinar con exactitud los linderos.

El desacuerdo por esos mecanismos de compra provocó la salida de una funcionaria recomendada por Mójica para la ANT. En junio del 2023, Vega nombró, a sugerencia de la ministra, a Nury Luz Peralta para liderar la Dirección de Acceso a Tierras. La funcionaria se opuso a la estrategia de Vega para adquirir tierras y el exdirector terminó por trasladar sus facultades a su mano derecha en la agencia, Tony Lozano. Peralta renunció tres meses después. Hoy es asesora del Ministerio de Agricultura.

El proceso de adquisición de la finca La Grosería mostró todos los inconvenientes del acelerado plan de compras de Vega. Como lo reveló Cambio, el predio de 424 hectáreas , ubicado en la zona rural de Chimichagua, César, recibió diferentes conceptos negativos para su compra por tener baja productividad y la ANT ofertó un precio muy por encima de su valor real. Los ruidos alrededor de la compra fueron tales que Mójica pidió, desde su cuenta de Twitter, parar el proceso.

La desconfianza por el plan de compras de Vega llegó a tal punto que el secretario de Transparencia, Andrés Idárraga, se reunió con los equipos de Vega y Mójica para aclarar el tema. “Hubo unas alertas por la valoración de los predios. Pero no me generó suspicacia. No era un tema de corrupción. Era, más bien, un tema metodológico”, le dijo Idárraga a La Silla.

Pese a la salida de Vega, no es claro que la visión de Mójica se haya impuesto en la reforma agraria. De hecho, ha sido una de las ministras señaladas en medio de la urgencia de Petro en sacar adelante su programa de gobierno. Incluso en el entorno de la ministra piensan que Vega sigue contando con el “cariño” del presidente. En todo caso, el conflicto revela que el revolcón que Petro quiere darle al campo colombiano no enfrenta únicamente la oposición de los ganaderos sino también de viejos amores y nuevos odios internos.

QOSHE - Vega y Mójica: la pugna en el petrismo que frena la reforma agraria - Edgar Quintero Herrera
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Vega y Mójica: la pugna en el petrismo que frena la reforma agraria

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06.03.2024

La reforma agraria del gobierno se ha desarrollado en medio de una batalla interna. La protagonizan la ministra de Agricultura, Jhenifer Mójica, y el exdirector de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), Gerardo Vega. El ataque más reciente lo emprendió Vega, quien hizo una ronda de medios para señalar a Mójica de ser el principal obstáculo para una de las grandes banderas del presidente Petro.

El enfrentamiento tiene al sector de tierras del gobierno descoordinado, aún tras la decisión de Petro de sacar a Vega del cargo. Hubo eventos cancelados por peleas internas, funcionarios que renunciaron en medio del conflicto y hasta la intermediación de Petro para que se le bajara el tono al enfrentamiento. Desde afuera, Vega sigue dando la pelea. “Me quieren en la cárcel, intentan matarme políticamente, lo que sigue es el asesinato físico”, escribió en Twitter señalando a la ministra.

Su salida tiene consecuencias prácticas. Por ejemplo, corta la relación de confianza que construyó con los ganadores de Fedegán, clave para la reforma. También deja una enorme desconfianza en las cifras contradictorias que presentaron sobre la formalización de tierras. En el fondo existe una pugna, en la que se perdió la cordialidad, entre dos visiones dentro del petrismo sobre el problema de la tierra.

Vega es un exdirigente del EPL de 64 años, que se desmovilizó en 1991. Luego fundó Forjando Futuros, una ong de restitución de tierras que hace un activismo aguerrido en zonas que fueron de dominio paramilitar. Mojica, de 43 años, es una técnica de izquierda. Como abogada hizo su carrera con un grupo de activistas expertos en temas agrarios de la Universidad Nacional. Los dos son viejos conocidos porque trabajaron juntos en el primer piloto de restitución de tierras en el Urabá, en el 2009, y luego fueron pareja por varios años.

“La tecnocracia de izquierda ve fantasmas y peligros en todos lados, existe un activismo normativo y judicial que no permite sacar las cosas adelante”, dice Vega. La ministra Mójica le dijo a La Silla que decidió no pronunciarse sobre las declaraciones de Vega.

Con la salida de Vega queda golpeada la confianza del gobierno con los ganaderos representados por Fedegán, el poderoso gremio liderado por José Félix Lafaurie. “Lo que más me sorprendió de las declaraciones de Vega fue su afirmación de que en el ministerio pretenden ‘desfedeganizar’ la reforma agraria”, le dijo Lafaurie a La Silla. “Con la ministra tengo poco contacto en casi todos los temas. Si tú envías un whatsapp y no te lo contestan…”, agregó sobre su distante relación con Mójica.

Desde el inicio del gobierno, Fedegán ha sido un actor clave para la política de tierras del gobierno. En octubre del 2022, la exministra, Cecilia López, logró un acuerdo con el gremio para comprarle 3 millones de hectáreas a los ganadores. En su momento, Petro tasó esa meta de compras en 60 billones........

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