El Dane reportó la semana pasada su dato sobre empleo y las cifras sobre los jóvenes que no estudian ni trabajan –conocidos como los ninís– es desoladora: 2,9 millones, 200 mil más que hace un año.
¿Qué pasa con el empleo juvenil? El Barómetro de la Juventud, una encuesta realizada por la Universidad Javeriana y Ecoanalítica el año pasado a más de 5 mil jóvenes en 30 municipios donde opera el programa Jóvenes Resilientes (de Usaid y Acdi/Voca), así como el último informe Nacional de Empleo Inclusivo (INEI), realizado por la Alianza para la Inclusión Laboral, le hacen rayos X al contexto educativo y laboral de los colombianos entre los 14 y los 28 años y ofrecen pistas para encarar la tragedia que es que 1 de cada 4 jóvenes no haga nada.
Esta es la situación en cifras:
Los últimos años de bachillerato, lo que se conoce como la educación media, son determinantes para la vida productiva y laboral. “Por lo tanto, los éxitos y fracasos de la educación media son, a la vez, la plataforma o el punto de partida que propulsan o empantanan la trayectoria educativo-laboral”, dice el Informe Nacional de Empleo Inclusivo (INEI), realizado todos los años desde el 2020 por la alianza conformada por la Fundación Corona, ACDI/VOCA y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Es en estos años en los que los estudiantes adquieren las habilidades blandas (de comunicación por ejemplo) y duras (como las matemáticas o la capacidad de argumentar a partir de un texto) e identifican su vocación laboral.
Pero la calidad del bachillerato colombiano desde hace 9 años, mucho antes de la pandemia, es baja. “Se trata casi de una década de pobreza de aprendizajes”, es la conclusión del informe. Las cifras lo respaldan:
Aún con los problemas de calidad de la educación media en Colombia, los que logran acceder a la educación superior tienen mejores perspectivas laborales. Y el 2022, fue el año en el que más jóvenes accedieron a formación técnica profesional, tecnológica, universitaria o de posgrado en los últimos cuatro años. Así es el panorama:
No hay ningún indicador que mida específicamente qué tan útil es la educación en Colombia. Pero algunos datos dan cuenta de que la educación superior tiene campo para mejorar en la formación de los colombianos para el trabajo:
En promedio, los jóvenes están más en la informalidad que el promedio nacional (60,3% versus 57,3%). Pasar por la educación superior no garantiza un tiquete a la formalidad. Pero sí mejora las condiciones salariales:
Si bien hay un problema de calidad y pertinencia de la educación, el tejido empresarial colombiano tampoco ayuda.
“Esta situación demuestra el reto que tiene la institucionalidad del país de proveer las condiciones necesarias para que las empresas, independientemente de su tamaño, puedan acceder a talento humano cualificado, mejorar su productividad y generar empleo de calidad”, dice el Informe Nacional de Empleo Inclusivo.
Muchos no sueñan en trabajar en su municipio, pero es interesante que al
El turismo y el deporte son los sectores predilectos para trabajar.
En 2022, el Sena, que es la entidad oficial encargada de la capacitación técnica para el trabajo, tuvo un aumento en la deserción en todos los tipos de formación que ofrece con respecto al año anterior.
Frente a 2011, en el 2022 se presenta un aumento de unos 10 puntos de personas que tienen mayor calificación que lo que requiere el trabajo.
El Sena crea mesas sectoriales con sectores productivos, académicos y gubernamentales alrededor de las competencias laborales. Están las Comisiones Regionales de Competitividad y el Comité Universidad-Empresa-Estado. También hay fundaciones importantes que le apuestan a mejorar la educación para el trabajo como Empresarios por la Educación y la Fundación Luker, que tiene unos casos de éxito impresionantes en Caldas. Y las Cámaras de Comercio ofrecen mentorías para el sector productivo.
Aunque existen unos canales de búsqueda de empleo con el Sena y estos han aumentado el número de personas colocadas en TK en un 159% , solo el 4,2 por ciento de la gente encuentra empleo a través de ellos. La mayoría lo hace a través de amigos y familiares.
Juventud desocupada: el lío del mundo laboral de los jóvenes
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18.04.2024
El Dane reportó la semana pasada su dato sobre empleo y las cifras sobre los jóvenes que no estudian ni trabajan –conocidos como los ninís– es desoladora: 2,9 millones, 200 mil más que hace un año.
¿Qué pasa con el empleo juvenil? El Barómetro de la Juventud, una encuesta realizada por la Universidad Javeriana y Ecoanalítica el año pasado a más de 5 mil jóvenes en 30 municipios donde opera el programa Jóvenes Resilientes (de Usaid y Acdi/Voca), así como el último informe Nacional de Empleo Inclusivo (INEI), realizado por la Alianza para la Inclusión Laboral, le hacen rayos X al contexto educativo y laboral de los colombianos entre los 14 y los 28 años y ofrecen pistas para encarar la tragedia que es que 1 de cada 4 jóvenes no haga nada.
Esta es la situación en cifras:
Los últimos años de bachillerato, lo que se conoce como la educación media, son determinantes para la vida productiva y laboral. “Por lo tanto, los éxitos y fracasos de la educación media son, a la vez, la plataforma o el punto de partida que propulsan o........
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