Hoy, luego de cumplir su periodo de 8 años, culmina la magistratura de Alejandro Linares Cantillo. Linares Fue ternado para el puesto por el ex presidente Juan Manuel Santos en 2015 y en su paso por la Corte Constitucional hizo parte de decisiones como la revisión del Fast Track, el Estatuto de la Oposición, y la deducibilidad de las regalías por parte de mineras y petroleras, que generó tensión entre el gobierno y la Corte.

Según la presidenta de la Corte, Diana Fajardo, “Linares fue ponente en 542 sentencias y 468 autos” y se caracterizó por buscar consensos en las decisiones de la institución. Para otros de sus colegas como Ibáñez, Linares contribuyó con una visión novedosa del derecho económico y empresarial que seguro perdurará en la Corte así en su puesto se siente ahora un reemplazo radicalmente diferente como Vladimir Fernández desde el 11 de enero del próximo año.

La Silla habló con Linares y con varios de sus colegas al interior de la Corte para hacer un “corte de cuentas” de su gestión, sus tropiezos y su legado más relevante.

LSV: ¿Cuál diría que fue ese aporte o legado más importante en estos 8 años que estuvo como magistrado en la Corte Constitucional?

AL: Diría que fue el rol de la Corte en el proceso de paz. Construir una jurisprudencia sobre paz muy importante que va a servirle al país a futuro. Sin embargo yo llamo eso el “regalo envenenado” porque nos pusieron a controlar todas las normas de implementación del acuerdo.

LSV: ¿A qué se refiere por “regalo envenenado”?

AL: Me refiero a que era un tema muy polémico en el cual es curioso que el gobierno y una guerrilla le entreguen a la Corte la facultad de revisar un acuerdo. Fue un tema muy interesante que hubiera podido salir muy mal pero que la Corte trató de balancear los distintos intereses y salió bien al final del día. No todo es perfecto pero hubiera podido salir muy mal y salió bien.

LSV: ¿Qué fue eso que no salió perfecto?

AL: Digamos el tema de si los terceros deberían ir obligatoriamente a la JEP. Sobre eso hubo mucha polémica.

LSV: Varios de sus colegas como el magistrado Ibáñez y su magistrado auxiliar Miguel Polo nos hablaron de su aporte en materia de derecho económico y su visión del derecho privado. ¿Cree que llevó una nueva visión económica a la Corte?

AL: El tema interesante de la Corte es que la misma Constitución dice que los magistrados deben ser de distintas especialidades del derecho. Hay diversas especialidades y uno aporta de lo que conoce pero también aprende de los conocimientos de los demás magistrados. Ese era el tema que yo conocía y en ese sentido hice mis aportes. Lo interesante es el diálogo sobre las distintas lecturas de la Constitución.

LSV: ¿Qué asuntos quedan en la Corte en los que usted ya no podrá participar?

AL: Creo que los precedentes se van a preservar en el tiempo que es lo importante. Me voy muy contento de poder participar en casi todos los debates importantes como la tributaria, el tema de la emergencia en la Guajira e incluso en el aborto donde no pude participar pero pude participar desde la banca.

LSV: Hablando de su impedimento para participar de la decisión del aborto, ¿cree que realmente debía declararse impedido pese a que no “sopló” en qué sentido iba a exponer su fallo ni sus argumentos?

AL: Me declaré impedido porque era un tema altamente sensible y pienso que di papaya. Yo no creo que estuviera impedido además porque ya todos conocían mi postura sobre el tema. En 2020 ya había hecho un salvamento de voto en favor de despenalizar en las primeras 16 semanas. Pero como el tema era de tanta sensibilidad, la gente que está en contra busca cualquier papaya que pone el magistrado y esa es la vida. Lo importante es que a pesar de no haber estado en la titular, estaba en la banca haciendo barra.

LSV: ¿Cree que también “dio papaya” cuando tuvo que decidir la tutela del expresidente Uribe e insinuó en un medio que no le constaba si sus compañeros recibieron llamadas de los ex presidentes Santos y Gaviria, antes de tumbarse la tutela?

AL: Creo que también era un caso muy sensible. Uno en esos casos sin duda debe tener la boca cerrada para que no le pase nada. Uno aprende de sus errores y el mío fue haber hablado con Vicky Dávila en ese momento. Son lecciones que quedan para la vida.

LSV: Y al fin y al cabo si bien eso le costó una denuncia por parte de la defensa del expresidente ante la comisión de acusación por supuestamente omitir denunciar las llamadas, el tema no escaló a mayores.

AL: En este caso la que sufrió fue mi familia. Yo sufrí un poco pero fue más mi familia. Estar denunciado penalmente por los abogados Lombana y Granados genera que la señora se empiece a preocupar de pensar que después lo meten a uno a la cárcel. Pero son gajes del oficio.

LSV: ¿Cree que esa denuncia de la defensa del expresidente fue quizás una forma de cobrarle haber tumbado la tutela que pedía revocar el fallo que le imputó el delito de fraude procesal?

AL: Si, pero después cuando se revisaron los hechos, la verdad salió a flote y es que la decisión se tomó en derecho. Ellos presentaron la nulidad de la decisión pero por unanimidad la Corte dijo que no se anularía.

LSV: Sus colegas Diana Fajardo y Natalia Ángel, igual que su magistrada auxiliar María Camila Olmos dicen que usted siempre buscaba consensos dentro de la Corte.

AL: Creo que es cierto. Mi perfil previo que era en el mundo de las fusiones y adquisiciones donde precisamente se busca llegar a acuerdos me volvieron muy pragmático y propenso a llegar a acuerdos a pesar de qué existieran divergencias sobre temas no tan fundamentales. Creo que jugué ese rol sobre todo en fallos sobre el proceso de paz. Tiene mucha más legitimidad y sostenibilidad en el tiempo una decisión consensuada a una en la que no se llegaron a acuerdos entre magistrados.

LSV: Y frente a esa experiencia que menciona en el ámbito del derecho privado, ¿cómo fue ese paso de trabajar como abogado en el sector privado a trabajar en la Corte Constitucional?

AL: Un paso difícil. Requiere mucho estudio y reentrenarse jurídicamente, no sólo para entender la rama judicial sino las lecturas de la Constitución. Fue un reto apasionante porque implica seguir aprendiendo de otros temas. Además, como las decisiones tienen un gran impacto sobre la sociedad colombiana, uno se vuelve más responsable frente al estudio.

LSV: Hablemos de esos impactos frente a la última decisión sobre permitir que mineras y petroleras deduzcan del impuesto de renta las regalías. ¿Qué opina de las reacciones del presidente frente a esa decisión?

AL: Creo que la decisión de la Corte fue muy técnica frente al derecho tributario aplicando los principios constitucionales. La mayoría de la sala entendió el tema tan complejo y que muestra que la corte está dispuesta a aplicar el principio de equidad tributaria.

LSV: ¿Y las reacciones en los trinos del presidente?

AL: Creo que todos los presidentes reaccionan casi de la misma manera porque es normal que a los presidentes no les guste que les tumben sus decisiones. Me parece razonable, pero creo que el Twitter no es la manera para comunicar las posturas porque puede dar para diferentes lecturas. Pero a mi me parece normal.

LSV: ¿Cree que los presidentes anteriores a Gustavo Petro reaccionaban igual?

AL: Cada uno tiene su manera de matar las pulgas. Duque lo hizo en un medio cuando tomamos la decisión del aborto cuando dijo que cinco personas no podían podían tomar ese tipo de decisiones. Petro lo hizo en Twitter en el caso de las regalías y de los decretos de la Guajira. Pero uno como magistrado debe entender.Yo trato de no leer el Twitter del presidente para no preocuparme tanto.

LSV: ¿Y qué opina de quienes dicen que la Corte no deja gobernar al tumbar los decretos de los presidentes?

AL: Creo que la Corte busca preservar la institucionalidad y no debe haber grandes cambios en la corte así llegue un magistrado ternado por el presidente. Las cortes constitucionales por lo general son muy sospechosas del poder y están hechas para controlar el poder. Por eso yo pensaría que si bien se van a respetar las facultades presidenciales en la Corte, se seguirán aplicando los precedentes de decisiones que sean un límite al poder.

LSV: Ahora que se va ¿le preocupa lo que pase con esa visión económica y empresarial que usted solía abanderar?

AL: Creo que eso va a quedar muy bien representado. Todos los magistrados tienen buen conocimiento del sector privado. El doctor Ibáñez, de hecho, sabe mucho más de hacienda pública que yo. Lo que pasa es que yo soy más pragmático y él más teórico. Aún así, el precedente de la corte se debe mantener independientemente de quién sea el magistrado.

LSV: ¿A qué se va a dedicar ahora que sale de la Corte Constitucional?

AL: Me voy para la Universidad de Stanford a escribir sobre mi experiencia en la Corte.

LSV: ¿Le da tristeza salir de la Corte?

AL: No, creo que lo importante es que uno cumple un ciclo. Es una ventaja muy grande saber que hay un término de 8 años que establece la Constitución y que no es prorrogable, entonces uno ya sabe que cuando lleguen los 8 años, uno sale automáticamente.

QOSHE - “Es normal que los presidentes se molesten con los fallos judiciales”: Linares - Mariana Zapata Amorocho
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“Es normal que los presidentes se molesten con los fallos judiciales”: Linares

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01.12.2023

Hoy, luego de cumplir su periodo de 8 años, culmina la magistratura de Alejandro Linares Cantillo. Linares Fue ternado para el puesto por el ex presidente Juan Manuel Santos en 2015 y en su paso por la Corte Constitucional hizo parte de decisiones como la revisión del Fast Track, el Estatuto de la Oposición, y la deducibilidad de las regalías por parte de mineras y petroleras, que generó tensión entre el gobierno y la Corte.

Según la presidenta de la Corte, Diana Fajardo, “Linares fue ponente en 542 sentencias y 468 autos” y se caracterizó por buscar consensos en las decisiones de la institución. Para otros de sus colegas como Ibáñez, Linares contribuyó con una visión novedosa del derecho económico y empresarial que seguro perdurará en la Corte así en su puesto se siente ahora un reemplazo radicalmente diferente como Vladimir Fernández desde el 11 de enero del próximo año.

La Silla habló con Linares y con varios de sus colegas al interior de la Corte para hacer un “corte de cuentas” de su gestión, sus tropiezos y su legado más relevante.

LSV: ¿Cuál diría que fue ese aporte o legado más importante en estos 8 años que estuvo como magistrado en la Corte Constitucional?

AL: Diría que fue el rol de la Corte en el proceso de paz. Construir una jurisprudencia sobre paz muy importante que va a servirle al país a futuro. Sin embargo yo llamo eso el “regalo envenenado” porque nos pusieron a controlar todas las normas de implementación del acuerdo.

LSV: ¿A qué se refiere por “regalo envenenado”?

AL: Me refiero a que era un tema muy polémico en el cual es curioso que el gobierno y una guerrilla le entreguen a la Corte la facultad de revisar un acuerdo. Fue un tema muy interesante que hubiera podido salir muy mal pero que la Corte trató de balancear los distintos intereses y salió bien al final del día. No todo es perfecto pero hubiera podido salir muy mal y salió bien.

LSV: ¿Qué fue eso que no salió perfecto?

AL: Digamos el tema de si los terceros deberían ir obligatoriamente a la JEP. Sobre eso hubo mucha polémica.

LSV: Varios de sus colegas como el magistrado Ibáñez y su magistrado auxiliar Miguel Polo nos hablaron de su aporte en materia de derecho económico y su visión del derecho privado. ¿Cree que llevó una nueva visión económica a la Corte?........

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