Edward Koch, alcalde de Nueva York, frunció el ceño cuando Josep M. Cullell, aspirante a la alcaldía de Barcelona, le llamó Koc , al modo catalán, con c , en lugar de pronunciar su apellido de forma correcta, Koch , con ch plena. Cock , pronunciado Koc , significa po**a, por lo que no es de extrañar su gesto de sorpresa cada vez que Cullell decía su nombre en el City Hall, en Manhattan en el ya lejano invierno de 1987. Aquel viaje electoral del candidato convergente fue un fiasco, aunque meses después estuviera a punto de dar la sorpresa en las municipales. El socialista Pasqual Maragall tuvo 21 concejales (43,61% del voto), por 17 Cullell (35,46%).

Ed Koch nació en el Bronx en el seno de una familia judía en 1924. Abogado y congresista demócrata antes de liderar Nueva York entre 1978 y 1989, se opuso a la guerra de Viet- nam y a la dictadura uruguaya, que le amenazó de muerte. Ganó la carrera electoral al mismísimo Mario Cuomo, y se convirtió en el 105.º alcalde de la Gran Manzana. Fue un buen alcalde porque se interesó por la cultura, los negocios de sus ciudadanos, su calidad de vida y el desarrollo urbanístico de la ciudad. Los alcaldes deben amar sus ciudades, y Koch, que murió en el 2013, lo hizo. Los suyos fueron años de inauguraciones, festejos y lucha social. Tuvo problemas de inseguridad, al colocar a familias sin techo en hoteles del Midtown, pero Nueva York aún le recuerda y el Queensboro Bridge lleva su nombre.

Ada Colau, ya visto con perspectiva, se peleó con Barcelona. La hizo desagradable, caótica y jamás evidenció sentirse cómoda en su puesto, ni disfrutar del cargo, ni tener clara la idea de que una ciudad son muchas cosas, no solo unas pocas.

Jaume Collboni aprendió de los errores de Colau y en algo menos de seis meses ha conseguido que la frase “es mejor alcalde que candidato” haya arraigado en el entorno municipal. Su frenética actividad en los distritos, las esferas culturales, veci­nales, financieras y en las de desarrollo urbano está moldeando un alcalde tipo Koch.

Maragall fue un alcalde tipo Koch. Y es que las ciudades necesitan liderazgos entusiastas, innovadores y sin complejos. Los alcaldes deben serlo de todos sus ciudadanos y no de unos pocos. Veremos cómo termina el primer mandato de Collboni. Su éxito sería el éxito de Barcelona.

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Alcaldes y alcaldes

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05.12.2023

Edward Koch, alcalde de Nueva York, frunció el ceño cuando Josep M. Cullell, aspirante a la alcaldía de Barcelona, le llamó Koc , al modo catalán, con c , en lugar de pronunciar su apellido de forma correcta, Koch , con ch plena. Cock , pronunciado Koc , significa po**a, por lo que no es de extrañar su gesto de sorpresa cada vez que Cullell decía su nombre en el City Hall, en Manhattan en el ya lejano invierno de 1987. Aquel viaje electoral del candidato convergente fue un fiasco, aunque meses después estuviera a punto de dar la sorpresa en las........

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