Me dispuse a golpe de Estado y acabé en amnistía. Por la tarde, fui a Ikea. Los cambios de régimen suelen ser aparatosos. Quizás por eso, opté por amnistiarme sin pedir perdón. Porque decides cambiar tu vida por el hombre o mujer fuerte que crees ser, pero todo es propaganda. Las circunstancias que habían llevado tu existencia a una situación insostenible son tan tú como las ejecuciones sumarias que prometes hacer al amanecer.

Uno no encadena monstruos sino que les da sus argumentos y razones y cree que, portándose mejor, los golpistas no saldrán a la calle para mostrar sus muñecas hinchables o beber ratafía. Pero ellos siempre vuelven porque son funcionarios o jubilados y cobran cada mes lo mismo, haya golpe o amnistía. Por eso en Ikea puedes optar por llevarte el mueble tú o que te lo lleven ellos a casa. Has de pactar un horario de entrega. Y no es fácil saber, si te acabas de amnistiar, si estarás en casa o pactando con los rusos para que invadan Sa Tuna.

Un golpe de Estado implica una dictadura, un hacer las cosas como deben hacerse sin preguntar a nadie. Es decir, entrar en Ikea e ir a por siete estanterías Billy y las salchichas suecas en la cafetería, sin escuchar ni a dios. Luego, las Billy te las monta un inmigrante ilegal mientras tú lees un periódico afín a la libertad de prensa. Una amnistía, por su lado, es hacer como que lo que pasó no pasará, no debió pasar o algo parecido. Pero luego llegan los dependientes de Ikea en camisetas amarillas y dicen que no confíes en tu suerte, que esas estanterías las carga el diablo y luego, te ves, llamando a un amigo para que te eche una mano e igual ese amigo es golpista o amnistiado. Y es que no es fácil perdonarse. Tampoco dar un golpe de Estado. Fingir cambiar tu vida comprando en Ikea es mucho más sencillo si luego te lo llevan a casa y te montan la estantería.

QOSHE - Amnistía en Ikea - Carlos Zanón
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Amnistía en Ikea

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17.11.2023

Me dispuse a golpe de Estado y acabé en amnistía. Por la tarde, fui a Ikea. Los cambios de régimen suelen ser aparatosos. Quizás por eso, opté por amnistiarme sin pedir perdón. Porque decides cambiar tu vida por el hombre o mujer fuerte que crees ser, pero todo es propaganda. Las circunstancias que habían llevado tu existencia a una situación insostenible son tan tú como las ejecuciones sumarias que prometes hacer al amanecer.

Uno no encadena........

© La Vanguardia


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