Tumbada sobre mi pecho, la gata me mira. Espero que no empiece a ronronear. Me he tenido que tumbar en su sofá, después de sorprenderme leyendo el periódico y escuchando la radio al mismo tiempo. No es la primera vez que confundo mi mente con un sistema operativo multitarea configurado para mejorar mi productividad y utilización de recursos ejecutando distintos procesos simultáneos y tal. Por ejemplo, en un momento de debilidad en un desayuno, entre el vacío existencial y la adicción informativa, cuando la lectura de una crónica política no me sacia, y le añado una tertulia radiofónica. Quizás también envíe mensajes, por lo que el chute de palabras se dispara a tres bandas, en una polifonía donde ya no entiendo nada ni sé cómo me llamo.

Con el cráneo cortocircuitado, me tumbo en el sofá. Llega entonces la gata y se plantifica sobre mí, con esas patitas alineadas en mi pecho, los ojos negros, entornados, clavados en los míos, aportando serenidad. Aparentemente. Las cosas han cambiado desde que sé que puede tratarse de un extraterrestre, enviado a la Tierra para recopilar información sobre los humanos. Circulan por internet unos vídeos escalofriantes que prueban esta teoría conspirativa minina. Pongo uno. “El ronroneo del gato no puede explicarse, no tienen un órgano con el que puedan hacerlo”, advierte una experta. “Por eso hay teorías que dicen que es una retroalimentación vibratoria, causada por la transmisión de información a la nave nodriza de los gatos. Además, si acaricias sus orejas al revés, los gatos parecen los clásicos extraterrestres grises. Aunque tampoco sabemos si los extraterrestres de verdad se parecen al clásico extraterrestre gris; tal vez este solo es un invento de un humano, así que quizás esto no sea una evidencia útil”.

Acaricio las orejas de mi gata al revés. Con cara de extraterrestre clásico, se pone a ronronear. Puede que esté enviando una ecografía de mi abdomen a su nave nodriza. Pero esta experta es inconformista hasta las trancas: “Los gatos tienen poderes sobrenaturales, como sobrevivir a la caída de un sexto piso. Pero la mayoría de los animales tienen habilidades que los humanos no poseemos, como los monos que saltan por las ramas o la velocidad del simple conejo, por lo que tal vez seamos nosotros los verdaderos alienígenas”.

QOSHE - Extraterrestre clásico - Clara Sanchis Mira
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Extraterrestre clásico

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18.11.2023

Tumbada sobre mi pecho, la gata me mira. Espero que no empiece a ronronear. Me he tenido que tumbar en su sofá, después de sorprenderme leyendo el periódico y escuchando la radio al mismo tiempo. No es la primera vez que confundo mi mente con un sistema operativo multitarea configurado para mejorar mi productividad y utilización de recursos ejecutando distintos procesos simultáneos y tal. Por ejemplo, en un momento de debilidad en un desayuno, entre el vacío existencial y la adicción informativa, cuando la lectura de una crónica política no me sacia, y le añado una tertulia........

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