Las gentes agradecemos este inesperado giro ético. No nos lo podemos creer. Gracias de corazón a todos los mentirosos del circo institucional que están saliendo a decir la verdad, quitándose los micrófonos de las manos casi a codazos. Andamos con la boca abierta ante las declaraciones que se producen en cadena, desde anoche (luna en cuarto menguante, aparente tranquilidad en los zoológicos), en un desnudo colectivo de personalidades políticas, futboleras o financieras y hasta jurídicas. El lema que comparte este raro movimiento –“Lo reconozco, llevo mintiendo sin control un montón de tiempo, no sé cuánto”–, como de alcohólicos anónimos, remueve cañerías. La calle se mira a los ojos y se pregunta si hacer lo mismo en su dormitorio, decir la verdad, incluso sin manejar dinero público, ni dinero nada; indicios de un efecto contagio de consecuencias imprevisibles. Tampoco hay que pasarse. Aquí lo único claro es que este arranque de sinceridad nacional va a dejar a la comunidad internacional en bragas.

Con la espiral de agresividad disparada, entre campañas de deslegitimación rabiosa, con esposas de presidentes lanzadas como arma arrojadiza en la batalla, el aire fétido, barro en los ojos que impide distinguir lo verdadero de lo falso, arrojado por lanzadores profesionales de barro, zas, la ética cae como un meteorito en la sopa.

Es pronto para saber si este sueño cumplido es fruto de un brebaje creado por el enemigo, o el amigo, una hipnosis colectiva o, simplemente, una explosión de conciencias de origen natural. Bum, podríamos haber tocado techo. Los expertos tendrán mediciones que indiquen si la humanidad nunca había mentido tanto o esto ha sido así toda la vida de Dios. No está de más recordar las originales declaraciones del dirigente político que afirmaba, esta semana, que nuestra clase política es la peor de los últimos 45 años (ojo, no 46), incluido su propio partido. Sin más, aportamos nuestro granito de arena recomendando la lectura de El mentiroso, de Henry James; retrato genial de una sociedad arcaica donde la mentira era objeto de extrañeza y escándalo.

Entrañable, por cierto, el coro de niñas que esta mañana ameniza el metro ( lo habrán visto) celebrando, al fin, la llegada de un futuro mejor, sin mentirosos a sueldo ni crónicas falsas como esta.

QOSHE - Lo reconozco, estoy mintiendo - Clara Sanchis Mira
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Lo reconozco, estoy mintiendo

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06.04.2024

Las gentes agradecemos este inesperado giro ético. No nos lo podemos creer. Gracias de corazón a todos los mentirosos del circo institucional que están saliendo a decir la verdad, quitándose los micrófonos de las manos casi a codazos. Andamos con la boca abierta ante las declaraciones que se producen en cadena, desde anoche (luna en cuarto menguante, aparente tranquilidad en los zoológicos), en un desnudo colectivo de personalidades políticas, futboleras o financieras y hasta jurídicas. El lema que comparte este raro movimiento –“Lo reconozco, llevo mintiendo sin control........

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