Más solemnes que frívolos, anticuados desde luego y exóticos en su instrumentación, los ocho nocturnos de Haydn suponen, junto a los románticos devaneos de Chopin con el piano casi un siglo más tarde, algunos de los mejores ejemplos de unas composiciones de música clásica que pudieran ser muy adecuadas para escuchar en esta noche, la víspera del día de Reyes. Al fin y al cabo, un nocturno no tiene por qué resultar tenebroso. Incluso puede albergar en su seno la esperanza y la alegría. Pero, vamos, es solo una sugerencia. En caso de duda, escuchen la Música nocturna de las calles de Madrid, de Boccherini, que es una pieza que siempre, sin excepción, reconforta y anima el espíritu.

¡Ay, las calles de Madrid! Tan bulliciosas y alegres en tiempos del rey Carlos III, pero no tanto como ahora, con multitudes agolpándose en el centro de una ciudad que es ya capital latina honorífica y referente internacional. Y pese a ello, y contra su indudable éxito actual, también algunas calles de Madrid, como esa Ferraz en la que está la sede del PSOE, siguen alojando una revuelta antidemocrática de escasos participantes pero de amplia resonancia. Madrid, villa y corte, republicana y palaciega, tiene estos contrastes, sí. Y parte de su mitología y personalidad es claramente insurreccional: el Dos de Mayo, Esquilache, el 14 de abril del 31 o el Madrid del no pasarán.

Caben muchos madriles en ese Madrid enorme que esta noche, como también haremos muchos en otros lugares, esperará a los Reyes Magos, los steleros del Auto de los Reyes Magos, sabios que leen el porvenir en las estrellas. La tradición viene de lejos. El auto, primera pieza teatral en castellano, probablemente se remonte al siglo XII. Su título se lo debemos a Menéndez Pidal y la devoción del texto tiene aparentemente poco que ver con nuestra vigilia para niños que esperan sus regalos, con agua para los camellos y una copita para los Reyes y sus pajes, y con los zapatos bien lustrados en el alféizar de la ventana. Y sin embargo, todo está relacionado, como esos tres Reyes que fueron las tres edades del hombre y que ahora difunden también, por qué no, un mensaje ecuménico que no es solamente cristiano.

No tengo claro, aquí también hablamos de contrastes, si el recién concluido año ha sido bueno o no para nuestros Reyes. Creía que sí, porque la jura de la Constitución por parte de la princesa de Asturias puso broche de oro a un año con mucho brillo institucional. Las reuniones con dignatarios extranjeros en el Prado o en Granada, desde luego, en un año en el que la presencia en Catalunya se había empezado a normalizar, pese a los reiterados y cansinos discursos antimonárquicos del independentismo y parte de la izquierda y pese, también, a la defensa interesada y contraproducente que hace la derecha de la Corona.

Hace ya tiempo que creo que la monarquía es la clave de bóveda de nuestra actual democracia parlamentaria, porque solo nos faltaría someter la jefatura del Estado a la disputa partidista. Tal vez por eso hay tantos, desde varios frentes, dispuestos a derribar esa institución y romper con la tradición. La excusa democrática sirve para todo, claro. Nadie ha votado al Rey y demás. Pero de la misma forma que pienso que referéndums y plebiscitos son un recurso contrario a una democracia representativa, también me parece que hoy por hoy Felipe VI cumple una función irrenunciable. Aunque en España casi haya que ser mago para seguir siendo rey…

QOSHE - Nocturno con Reyes - Daniel Fernández
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Nocturno con Reyes

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05.01.2024

Más solemnes que frívolos, anticuados desde luego y exóticos en su instrumentación, los ocho nocturnos de Haydn suponen, junto a los románticos devaneos de Chopin con el piano casi un siglo más tarde, algunos de los mejores ejemplos de unas composiciones de música clásica que pudieran ser muy adecuadas para escuchar en esta noche, la víspera del día de Reyes. Al fin y al cabo, un nocturno no tiene por qué resultar tenebroso. Incluso puede albergar en su seno la esperanza y la alegría. Pero, vamos, es solo una sugerencia. En caso de duda, escuchen la Música nocturna de las calles de Madrid, de Boccherini, que es una pieza que siempre, sin excepción, reconforta y anima el espíritu.

¡Ay, las calles de Madrid! Tan bulliciosas y alegres en tiempos del rey Carlos III, pero no tanto como ahora, con multitudes agolpándose en el centro de una ciudad que........

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