Es la más clásica y previsible de las notas de suicidio: un sobre cerrado con “Señor juez” como única dirección. Y en su interior, un manuscrito que venga a decir algo así como “Señor juez, no se culpe a nadie de mi muerte. Libre y voluntariamente he decidido poner fin a mi vida y en prueba de ello firmo, etcétera”.

Pues bien, una nota así de clara y también igual de macabra es la que está redactando el Partido Popular en estos días no precisamente felices. Suicidio por voluntad popular y mediante juez interpuesto. Aunque no sé si son conscientes de ello.

Intentaré explicarme: el resultado de las elecciones generales del pasado 23 de julio fue un casi empate técnico entre los votos obtenidos por lo que podemos llamar el bloque de la derecha (PP más Vox) frente al bloque de la izquierda (PSOE más Sumar). Ganaron las derechas, sí, pero por una diferencia de solo­ trescientos y pico mil votos, que se tra­ducía en un número de escaños que no alcanzaba para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa.

Alberto Núñez Feijóo no se ha cansado de repetir que él ganó las elecciones, pero sabe perfectamente que en realidad las perdió. En una democracia parlamentaria gana quien puede formar gobierno. Y él no puede, porque la investidura depende de los otros partidos, independentistas, nacionalistas o regionalistas, que son los que consiguieron la llave de una posible nueva legislatura. Y el PP solo ha sido capaz de pactar con Vox y con UPN y Coalición Canaria. No alcanza… Y su asombrosa jugada mágica de pregonar que hay que dejar gobernar al partido más votado, cuando son los populares los primeros que no lo han hecho, es ya más reprobable que comprensible.

Su única esperanza, una repetición electoral tras el desgaste que para el PSOE iba a suponer negociar con, muy en especial, los partidos independentistas catalanes y Bildu. A partir de ahí, polarizar y tensionar la sociedad a degüello. Sin piedad ni escrúpulo alguno. Incluso a costa de debilitar la democracia que dicen defender. Siendo cada vez más próximos a Vox, mientras intentan también absorberlo y quedarse con sus votantes. Todo bastante complicado y en un clima de nosotros sí somos España y todos los demás son la Antiespaña.

En fin, lo último, aunque no sea nuevo, ha sido ver a los vocales conservadores del Consejo General del Poder Judicial impugnando preventivamente una ley que todavía no han leído. Recuerden: casi cinco años con el mandato caducado y no dimiten ni de broma. Y defienden la Constitución incumpliéndola empecinadamente. Añadan a eso la actuación de jueces y magistrados entre patrióticos y justicieros y tenemos la perfecta carta de suicidio del PP. Solo va a poder gobernar si consigue la mayoría absoluta junto con Vox, que es al mismo tiempo su mayor competidor.

Miren ustedes, yo estoy dispuesto a reconocer que unos jueces, a los que dejaron solos y expuestos, fueron la última línea de defensa. Y que Llarena y Marchena supusieron la fiel infantería que preservó el orden constitucional, la ley y la democracia. Pero esto de ahora es otra cosa. Es, lamento escribirlo, una afrenta a la democracia, a la ley y al orden constitucional. Es un error mucho más grave que enviar antidisturbios y utilizarlos de la peor de las maneras. Porque sin un poder judicial realmente independiente de la política partidista estaremos no solo peor. Dejaremos de ser esa democracia que creíamos consolidada. Señor juez, yo aquí me bajo. Con la venia.

QOSHE - Señor juez - Daniel Fernández
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Señor juez

10 3
10.11.2023

Es la más clásica y previsible de las notas de suicidio: un sobre cerrado con “Señor juez” como única dirección. Y en su interior, un manuscrito que venga a decir algo así como “Señor juez, no se culpe a nadie de mi muerte. Libre y voluntariamente he decidido poner fin a mi vida y en prueba de ello firmo, etcétera”.

Pues bien, una nota así de clara y también igual de macabra es la que está redactando el Partido Popular en estos días no precisamente felices. Suicidio por voluntad popular y mediante juez interpuesto. Aunque no sé si son conscientes de ello.

Intentaré explicarme: el resultado de las elecciones generales del pasado 23 de julio fue un casi empate técnico entre los votos obtenidos por lo que podemos llamar el bloque de la derecha (PP más Vox) frente al bloque de la izquierda (PSOE más Sumar). Ganaron las derechas, sí, pero........

© La Vanguardia


Get it on Google Play