Fue el otro día, en una charla muy informal con amigos, cuando me di cuenta de que cosas que uno tiene por muy sabidas son una sorpresa para otros. Como, por ejemplo, que en los Países Bajos y en Flandes San Nicolás llega desde España dispuesto a ofrecer sus regalos durante el tiempo prenavideño, entre el 5 y el 6 de diciembre. Y que va acompañado de pajes negros (Zwarte Piet, Pedro el Negro) y que de ese santo de origen español se derivó, vía Nueva Amsterdam, que luego fue Nueva York, Saint Niklaus y, por fin, Santa Claus. Vamos, que como diría un diputado de Vox (o tal vez no; mejor lo pienso dos veces), Santa es español. O que al menos llega desde España rodeado de un séquito de caras pintadas, falsos negros políticamente incorrectos.

O que hoy mismo, si nos ponemos estupendos, se celebra una fiesta que es la de la patrona de las Españas y la del arma de infantería. La Purísima, la Inmaculada Concepción, es un dogma muy tardío –o muy reciente, todo depende de según cómo se mire– de la Iglesia católica, que no fue proclamado hasta 1854, nada menos, por Pío IX. El dogma se resume en que la Virgen María, receptáculo humano de la divinidad, vaso de Jesucristo, fue concebida desde el mismo momento de su, precisamente, concepción, libre del pecado original por obra y gracia divina y en atención a ser madre del hijo de Dios.

Un dogma especialmente caro a los españoles y que demostraba hasta dónde llegaba la finezza teológica de quienes querían a la madre de Dios virgen y concebida libre del pecado primigenio que nos iguala a todos los humanos menos a ella. El 8 de diciembre es la Purísima y, nueve cabales meses más tarde, el 8 de septiembre, la Natividad de la Virgen María. Todo está calculado…

El tema no es banal, aunque pueda parecer que frivolizo, pues hubo guerras no santas entre franciscanos y dominicos, por ejemplo, por el tema de la inmaculada concepción de la Virgen. Algún convento ardió en Sevilla y algún muerto con hábito se cobró la disputa.

Fue un franciscano escocés, Juan Duns Scoto, que luce la marca de su origen en su nombre, quien primero defendió –o al menos quien lo hizo de forma más notoria– la teoría de la inmaculada concepción de María. Teólogo del siglo XIII que fallece en los primeros años del XIV y que completa la tríada de escolásticos de la baja edad media, junto con Guillermo de Ockham y, cómo no, Tomás de Aquino.

El porqué los españoles se abonaron tan rápidamente a esto de la doble pureza de María daría para varios tratados, pero no fue ajeno a la defensa a ultranza de la Inmaculada Concepción un hecho de armas: el llamado milagro de Empel. Sucedió entre el 7 y el 8 de diciembre de 1585, durante la guerra de los Ochenta Años. El Tercio Viejo de Zamora estaba sitiado por una flota holandesa de más de cien barcos. Y no tenían esperanza de salvación. Menos todavía cuando los holandeses rompieron los diques y anegaron lo que restaba del campo de batalla. Los españoles solo encontraron refugio en Empel, en un montículo que era la única elevación desde la que aguardar el asalto final de los de los Países Bajos. Cavando una trinchera sin esperanza, un soldado encontró una tabla flamenca con la imagen de la Virgen. A ella se encomendaron los del tercio. Y la Inmaculada trajo un viento gélido que heló las aguas, de tal forma que la tropa española pudo caminar sobre las aguas congeladas y asaltar la flota enemiga. Tradiciones y olvidos. Y un puente sobre las aguas.

QOSHE - Tradiciones y olvidos - Daniel Fernández
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Tradiciones y olvidos

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08.12.2023

Fue el otro día, en una charla muy informal con amigos, cuando me di cuenta de que cosas que uno tiene por muy sabidas son una sorpresa para otros. Como, por ejemplo, que en los Países Bajos y en Flandes San Nicolás llega desde España dispuesto a ofrecer sus regalos durante el tiempo prenavideño, entre el 5 y el 6 de diciembre. Y que va acompañado de pajes negros (Zwarte Piet, Pedro el Negro) y que de ese santo de origen español se derivó, vía Nueva Amsterdam, que luego fue Nueva York, Saint Niklaus y, por fin, Santa Claus. Vamos, que como diría un diputado de Vox (o tal vez no; mejor lo pienso dos veces), Santa es español. O que al menos llega desde España rodeado de un séquito de caras pintadas, falsos negros políticamente incorrectos.

O que hoy mismo, si nos ponemos estupendos, se celebra una fiesta que es la de la patrona de las Españas y la del arma de........

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