Creo que ya casi nadie recuerda aquel artilugio infantil consistente en un tubo de papel enroscado con un extremo cerrado y el otro con una boquilla por la cual la chiquillería soplaba, se desenroscaba y luego retrocedía, pretendiendo así provocar un susto a las suegras. Matasuegras lo llamaban, explícitamente, sin empacho, transmitiendo a niños y niñas un concepto socialmente incrustado. El de la suegra insoportable, celosa y entrometida.

Sin embargo, ahora las suegras ya no son vilipendiadas. Doy fe de que a mi alrededor, se trate de parientes o amistades, las relaciones de suegras con nueras o yernos siempre son cordiales, más aun, cariñosas. Y ¿cómo ha venido a suceder semejante cambio? ¿Por qué antes ocurría lo contrario? ¿Por qué los suegros no se hallaban incluidos en esta mala imagen?

Un grupo de amigas, tomando algo en una terraza

Es cierto que años ha muchas suegras constituían un problema con su tendencia a sentir celos de la mujer o el hombre que les arrebataba el amor exclusivo de sus descendientes, y era así porque su vida era tan estrecha como las paredes del hogar, como las monótonas tareas cotidianas, como el afecto centrado en especial en hijos e hijas a los que dedicaban todas las horas del día. Mujeres frustradas bien porque no oteaban otros horizontes, bien porque les habían cortado las alas si así había sido.

Con la emancipación femenina, las madres son a la vez mujeres que trabajan fuera de casa, que van al gimnasio, que tienen amigas también liberadas, que desean más que nunca la felicidad de sus hijos e hijas más allá del nido del hogar. Exactamente como ya ocurría con los padres, encargados de proveer el sustento familiar, realizar un trabajo externo que les dotaba de una visión más amplia del mundo, aunque a menudo el empleo resultara farragoso. El amor por sus descendientes no era el absorbente de la mayoría de madres, por lo cual no se habían inventado los matasuegros.

Ahora la suegra suele ser la abuela que, alternativamente con la madre, ayuda en la crianza de los hijos cuando conviene, con la que se puede conversar, se comparten con armonía celebraciones familiares. Incluso en ocasiones se avienen más con yernos y nueras que con sus propios vástagos, por eso de los sentimientos electivos o las afinidades sobrevenidas.

QOSHE - Amadas suegras - Eulàlia Solé
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Amadas suegras

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08.04.2024

Creo que ya casi nadie recuerda aquel artilugio infantil consistente en un tubo de papel enroscado con un extremo cerrado y el otro con una boquilla por la cual la chiquillería soplaba, se desenroscaba y luego retrocedía, pretendiendo así provocar un susto a las suegras. Matasuegras lo llamaban, explícitamente, sin empacho, transmitiendo a niños y niñas un concepto socialmente incrustado. El de la suegra insoportable, celosa y entrometida.

Sin embargo, ahora las suegras ya no son vilipendiadas. Doy fe de que a mi alrededor, se trate de parientes o amistades, las........

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