No hay día en que no se critique la aceleración en la que vive sumida la política española. Esta aceleración obliga a los políticos a tomar decisiones improvisadas, cambiar de opinión bruscamente o sortear obstáculos inesperados. La medida del tiempo que se vive es el instante, lo que implica acumular infinidad de logros y/o decepciones diarias, pero sin atisbar una dirección adecuada que tomar. El mismo vértigo que provoca a la sociedad la aceleración tecnológica lo provoca también la aceleración política; por eso se tiende a elogiar el abordar con lentitud los retos que se tienen que afrontar. Sin embargo, no debemos olvidar que, en los años ochenta del pasado siglo, se sancionaba negativamente la lentitud de los políticos a la hora de tomar las decisiones, al considerar que provocaba parálisis, del mismo modo en que ahora se cuestiona la aceleración porque genera demasiados errores.

Se cuestiona a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, por dejarse guiar por la aceleración política, y tomar decisiones en un contexto político marcado por factores tan determinantes como una fuerte fragmentación parlamentaria que modifica constantemente la correlación de fuerzas, la guerra en Gaza y Ucrania o las crisis migratoria, climática y económica.

Hay que preguntarse si no se deberían valorar sus actuaciones políticas, no solo observando si obedecen a sus propios intereses políticos y personales, sino también si son producto del momento histórico que vivimos, marcado por la emergencia, la velocidad, la aceleración y las prisas. Si miramos los modos de conducta política de Pedro Sánchez, no son muy distintos a la forma de actuar de otros políticos, como Emmanuel Macron, Giorgia Meloni o Rishi Sunak. Políticos inmersos en constantes crisis políticas que solo pueden superarlas avanzando siempre hacia delante, sin detenerse.

Vivimos un tiempo político en que lo único que cuenta no es lo que has hecho y cómo lo has hecho, sino la capacidad de actuar deprisa ante los continuos y nuevos dilemas que surgen para no quedar fuera de la historia.

QOSHE - Aceleración política - Fèlix Riera
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Aceleración política

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12.01.2024

No hay día en que no se critique la aceleración en la que vive sumida la política española. Esta aceleración obliga a los políticos a tomar decisiones improvisadas, cambiar de opinión bruscamente o sortear obstáculos inesperados. La medida del tiempo que se vive es el instante, lo que implica acumular infinidad de logros y/o decepciones diarias, pero sin atisbar una dirección adecuada que tomar. El mismo vértigo que provoca a la sociedad la aceleración tecnológica lo provoca también la aceleración política; por........

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