Dos años después de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania, con el objetivo de anexionarse el Donbass y evitar la influencia de la OTAN en Europa del Este, una buena parte de la opinión pública occidental ha comenzado a olvidar que Europa está en guerra. El desinterés es tan acusado que ni siquiera han alarmado las declaraciones de Emmanuel Macron en que se muestra dispuesto a abrir la posibilidad de que Europa envíe tropas a Ucrania, y la posterior respuesta de Putin en la que advertía a la OTAN que no movilice soldados al conflicto si no quiere desencadenar una guerra nuclear; estas amenazas solo han provocado incredulidad o indiferencia.

Una imagen de los combates en Ucrania

Todo parece indicar que cuanto más se estanca la guerra, y se cronifica el conflicto, más se alejan los ciudadanos europeos de ella. No es que ignoren el sufrimiento que está padeciendo la población, sino que las razones para luchar por la democracia o detener la tiranía de Putin, ya no son capaces de movilizar a los europeos.

Según la encuesta publicada del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, solo un 10% de los europeos piensa que Ucrania ganará la guerra, un 20% considera que la ganará Rusia y un 37% sostiene que se llegará a un acuerdo. Este estado de opinión refleja no tanto el pesimismo de los europeos ante las pocas posibilidades de una victoria de Ucrania frente a Rusia, sino más bien que los ciudadanos consideran que la Unión Europea no está en condiciones de fijar las bases políticas para lograr alcanzar la paz. Los europeos siguen siendo favorables a Venus (la diosa del amor), decididos a abandonar el juego de la fuerza para dirimir los conflictos, como la describió Robert Kagan en el 2002.

Los europeos consideran que, si no se puede avanzar hacia la paz de forma negociada, tampoco está justificado poner en riesgo su modelo de vida. El gran problema que tiene ante sí la UE es que ya no está a tiempo de corregir la mentalidad europea, más inclinada a propiciar una retirada a tiempo que a seguir asomándose al abismo. Las elecciones europeas mostrarán cómo los candidatos a defender los valores de la Unión Europea evitarán alentar a que se envíen tropas a Ucrania por temor a perder el apoyo de sus electores.