Los resultados de las elecciones gallegas, en que el BNG ha logrado los mejores números de su historia, permiten establecer que, poco a poco, se va plasmando un frente político a favor de la España plurinacional. Vemos cómo, en el norte de España, Galicia, Euskadi, Catalunya y Navarra, van a fortalecer la idea de impulsar la España plurinacional, capaz de dar forma al postautonomismo. La evolución política hacia ese postautonomismo puede acelerarse si Bildu gana y gobierna en Euskadi y si el independentismo vuelve a gobernar en Catalunya.

En oposición al bloque de la España plurinacional, existen once autonomías gobernadas por el PP, con apoyos de Vox en algunas, entre las que destacan Andalucía, Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid, Castilla y León, Murcia, Aragón y Baleares, donde se cuestiona el modelo que impulsa el PSOE. Mientras que en el norte aumenta un plurinacionalismo de izquierda, en el centro y sur se va consolidando una visión uninacionalista de derechas, impulsada por el PP.

La victoria del PP, unida a los buenos resultados del nacionalismo gallego, pone sobre la mesa una vez más hacia qué España nos dirigimos desde el punto de vista territorial a medio plazo. El nacionalismo gallego ahonda en la necesidad de que, en algún momento, entre elección y elección, se deberá dejar de hacer electoralismo para discutir qué modelo territorial responde mejor a los problemas de los españoles. El escritor y periodista Manuel Hidalgo publicó en el 2018 Pensar en España, en que entrevistaba a intelectuales, como Javier Gomá, Carmen Iglesias, Javier Marías o César Antonio Molina, para tratar de establecer un diagnóstico sobre la situación y futuro. Al final de cada entrevista, preguntaba sobre qué nos falta y qué nos sobra como país. La mayoría de los entrevistados coincidían en señalar que España necesita más diálogo, más educación y menos disputa y crispación.

Si hoy, tras las elecciones gallegas, tuviéramos que responder a las dos cuestiones, podríamos responder que lo que nos falta es determinar qué España queremos y lo que nos sobra, por paradójico que parezca, es hablar constantemente de ella.