¡Felicidades! Si has llegado hasta esta línea es que quizás aún te queda algo de curiosidad. Consérvala. Cuídala. Hoy en día es un bien escaso.

La curiosidad. Aquello tan vivo cuando éramos niños. ¿Recuerdas la intensidad de intentar adivinar cómo funcionaba todo? ¿Cómo se movía aquella mano voladora que llegaba hasta tu barriga y te hacía cosquillas? A tu ojo tratando de ver qué había en el fondo del agujero. A esos dedos que querían entrar donde no debían. Como en los agujeros de los enchufes.

Aquello era un descubrimiento constante. ¿Quién no ha perdido el habla ante la pregunta llena de sentido común de un niño (“¿por qué el agua es transparente?”). ¿O no ha pensado tierra trágame por una de ellas (“mamá/papá, por qué esta señora tiene tantas arrugas en el cuello”)? Preguntas lógicas, que desconciertan. Preguntas sin filtro. ¿Qué fue de todo eso?

Probablemente formas parte de los que hemos empezado el 2024 con deseos de hacer cosas nuevas o recuperar hábitos que nos hagan rejuvenecer y sentirnos en forma. Mi deseo para todos es este: recuperemos la curiosidad. La mentalidad infantil. Preguntemos. Perdamos el miedo a querer descubrir el porqué de algo que no entendemos. O que nos parece extraño. O incluso una barbaridad.

Preguntemos. Intentemos entender por qué esa persona hace lo que hace, piensa lo que piensa o dice lo que dice. Sin miedo a que se sorprenda de nuestra actitud (aparte de recuperar la curiosidad también estaría bien perder algo de sentido del ridículo). Hagámonos Curiosos Militantes (CM). Vayamos por el mundo con el espíritu de los exploradores. Marco Polo. Willy Fog. Pippi Långstrump.

¿Por qué acostumbrarnos a dar por sentado qué piensa el otro? ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Cómo es como persona? ¿Por qué clasificarnos al primer vistazo? Nos separamos en cajas: “Este es de los míos, este facha, indepe, feminazi, burgués, perroflauta (esto ya no se estila mucho últimamente)”.

Nos deseo un 2024 con los ojos y las orejas bien abiertos y la lengua a punto de preguntar lo más inesperado e incluso engorroso. Ojalá el 2024 fuese el año en que la curiosidad mató a la vergüenza y las ideas preconcebidas. ¡Feliz año!

QOSHE - Curiosos militantes (CM) - Gemma Ribas Maspoch
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Curiosos militantes (CM)

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03.01.2024

¡Felicidades! Si has llegado hasta esta línea es que quizás aún te queda algo de curiosidad. Consérvala. Cuídala. Hoy en día es un bien escaso.

La curiosidad. Aquello tan vivo cuando éramos niños. ¿Recuerdas la intensidad de intentar adivinar cómo funcionaba todo? ¿Cómo se movía aquella mano voladora que llegaba hasta tu barriga y te hacía cosquillas? A tu ojo tratando de ver qué había en el fondo del agujero. A esos dedos que querían entrar donde no debían. Como en los agujeros de los enchufes.

Aquello era un descubrimiento........

© La Vanguardia


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