Todas las alertas e informes que hablan del consumo de pornografía entre los menores de edad hacen hincapié en el gran impacto que tiene en la manera como niños y jóvenes forman su concepción de las relaciones sexuales. Hasta aquí nada es sorprendente, pues la repetición de determinado tipo de conductas y patrones, y más si se empiezan a ver a muy temprana edad, acaba dándoles estatus de naturalidad. Como las mentiras que se acaban convirtiendo en supuestas verdades a base de repetirlas.

Lo que personalmente me sorprende más es que de las mismas alertas e informes se desprenda que en el 2024, todavía, los menores siguen recibiendo poca información saludable sobre el sexo, con lo que el porno se convierte en uno de los pocos referentes de que disponen para iniciarse en la materia.

Una escena de la serie 'Sex Education'

Procedo de una generación en que la educación sexual era prácticamente nula. Todavía recuerdo las caras de estupor con las que un aula de niñas de quinto de EGB observábamos la única lección que tuvimos en toda nuestra escolarización sobre “la reproducción humana”. Fue en una clase de ciencias naturales, en la que la profesora nos enseñó un gráfico del aparato reproductor femenino y otro del masculino y nos explicó el mecanismo por el que se engendraban los niños. Nada más.

Estoy muy alejada del mundo de la educación escolar y hasta hace poco pensaba que este tema estaba bastante superado. Al parecer, en las escuelas y en los institutos no lo está tanto. Y en los domicilios muchas veces tampoco. A raíz de las últimas revelaciones sobre el impacto del porno he asistido a varias conversaciones en las que los padres admiten que solamente han hablado de sexo con sus hijos cuando les han preguntado o para advertirles que tomen precauciones cuando consideran que ya están en edad de mantener relaciones. O como mucho, para decirles que nunca tienen que hacer nada que no les apetezca.

Y eso cuando en las películas y en las series mainstream el sexo cada vez está menos presente. Nosotros, como mínimo, vivíamos en la época del destape. No era un gran referente. Pero al menos dejaba entrever que existía un cierto interés de nuestros mayores por el sexo.

QOSHE - Menos porno y más sexo - Gemma Ribas Maspoch
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Menos porno y más sexo

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17.01.2024

Todas las alertas e informes que hablan del consumo de pornografía entre los menores de edad hacen hincapié en el gran impacto que tiene en la manera como niños y jóvenes forman su concepción de las relaciones sexuales. Hasta aquí nada es sorprendente, pues la repetición de determinado tipo de conductas y patrones, y más si se empiezan a ver a muy temprana edad, acaba dándoles estatus de naturalidad. Como las mentiras que se acaban convirtiendo en supuestas verdades a base de repetirlas.

Lo que personalmente me sorprende más es que de las mismas........

© La Vanguardia


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