Como cada año, ha vuelto a ser 23-F. Han pasado más de cuarenta y aún nos faltan muchos datos sobre el golpe de Estado, del que Tejero y su pistola y Milans del Bosch y sus tanques fueron la imagen más visible. Poco más de una docena de personas han tenido acceso (parcial) a los documentos del juicio contra los golpistas. Aún no se han desclasificado todos los papeles de la investigación, que podrían probar la implicación más amplia de la sociedad española de la época que el único civil juzgado. Esto es una anomalía democrática. España tiene una de las leyes de secretos oficiales más restrictivas de los países occidentales y una resistencia numantina a abrir carpetas. El silencio de la dictadura se ha contagiado a la democracia. Y algunos métodos, como prueban las sospechas sobre el dramático incendio de la torre Windsor de Madrid como una muy extrema y ostentosa operación para frustrar importantes operaciones económicas.

El olvido o la manipulación de los recuerdos no es patrimonio exclusivo del país, pero aquí se practica a conciencia. De aquí la idealización de la transición. Muchos quieren creer que fue un momento de concordia, en que todos íbamos cogidos de las manos saltando por prados tapizados de amapolas. La transición fue peligrosa, difícil y llena de injusticias y muerte. Había asesinatos constantemente por motivos políticos. Además de las muertes cometidas por ETA y los Grapo, la extrema derecha más o menos organizada apaleaba y disparaba contra todos los que consideraba enemigos, que éramos prácticamente todos los demás. Había casos de corrupción que intentaban denunciarse en la incipiente prensa también en transición y que eran ocultados o silenciados rápidamente. En las fronteras era constante el trasiego de los que más tenían que perder llevándose todo el dinero posible del país. Y no había pisos ocupados porque, sencillamente, los pobres vivían en chabolas en poblados tan grandes como ciudades.

Ante las fotografías azucaradas, información y recuerdo. Porque muchos de los que estaban detrás de las injusticias y los abusos quizá tuvieron la buena idea de financiar y apoyar el golpe de Estado el 23 de febrero de 1981. Y deberíamos saberlo ya.

QOSHE - Santa transición - Glòria Serra
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Santa transición

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25.02.2024

Como cada año, ha vuelto a ser 23-F. Han pasado más de cuarenta y aún nos faltan muchos datos sobre el golpe de Estado, del que Tejero y su pistola y Milans del Bosch y sus tanques fueron la imagen más visible. Poco más de una docena de personas han tenido acceso (parcial) a los documentos del juicio contra los golpistas. Aún no se han desclasificado todos los papeles de la investigación, que podrían probar la implicación más amplia de la sociedad española de la época que el único civil juzgado. Esto es una anomalía democrática. España tiene........

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