“No hay peor astilla que la del mismo palo” es uno de esos refranes que, cuando aciertan, dan en el clavo. Aunque vale para todo tipo de violencias intrafamiliares, parece hecho a propósito para la saña que exhiben las religiones monoteístas en sus cíclicos enfrentamientos. Del mismo patriarca Abraham proceden judíos, musulmanes y cristianos, las tres creencias monoteístas que tantas persecuciones desalmadas y limpiezas étnicas han provocado a lo largo de la historia. Ahora, musulmanes y judíos de nuevo ensañándose unos contra otros en nombre de un Dios que eligió para ellos el mismo padre.

Es evidente que del actual derramamiento de sangre, llamésmolo abiertamente masacre (tal como se desprende de las proclamas que han venido soltando tanto los dirigentes de Hamas como los del Estado de Israel), no es la religión la primera causa que enciende la mecha, que la causa es la atrocidad cometida por Hamas el 7 de octubre, a su vez alimentada por el permanente apartheid y las incursiones bárbaras por parte del Estado de Israel en territorio palestino. Si las antiguas guerras de religión asolaron la vieja Europa, la actual guerra del Estado de Israel, dirigida por una etnocracia de apariencia “democrática”, no va tanto contra el terrorismo de Hamas como contra el conjunto de la población palestina, un auténtico genocidio tal como lo tipifican buena parte de analistas políticos internacionales de tendencias diversas.

Sin embargo, siguen invocando motivos religiosos: unos invocan a Alá y otros, como el ultraderechista ministro de Finanzas israelí, el derecho bíblico del sagrado pueblo de Israel. Desde esta perspectiva, lógico es pensar que deberían ser los creyentes los primeros en alzar sus miles de millones de voces para exigir que los bandos de Isaac e Ismael retornen sumisos a la casa del padre Abraham, como sin duda su dios único y verdadero, ese dios que tienen en común, desearía.

…Pero como acaso Dios no exista (a juzgar por cómo sus descendientes pasan olímpicamente de su autoridad), quizá se trate de algo mucho más simple: de una guerra de ricos contra pobres, algo que las tomas televisivas desvelan aun sin quererlo, porque pobres son los miles y miles de muertos bajo las piedras y la destrucción de Gaza.

QOSHE - Astillas del mismo palo - Imma Monsó
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Astillas del mismo palo

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08.11.2023

“No hay peor astilla que la del mismo palo” es uno de esos refranes que, cuando aciertan, dan en el clavo. Aunque vale para todo tipo de violencias intrafamiliares, parece hecho a propósito para la saña que exhiben las religiones monoteístas en sus cíclicos enfrentamientos. Del mismo patriarca Abraham proceden judíos, musulmanes y cristianos, las tres creencias monoteístas que tantas persecuciones desalmadas y limpiezas étnicas han provocado a lo largo de la historia. Ahora, musulmanes y judíos de nuevo ensañándose unos contra otros en nombre de un Dios........

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