En la cárcel está desde hace tiempo un muchacho de nombre artístico Hasél por sus canciones, algunas de ellas de indudable carácter violento y amenazador. Y aunque me parece justo que los límites de la libertad de expresión­ estén regulados en todo sistema que quiera llamarse democrático, la pena impuesta a Hasél siempre me ha parecido desproporcionada.

La desproporción entre la pena del rapero (hasta ahora en la cárcel) y la actual violencia de los ultras (de momento en la calle) se hace aún más flagrante después de leer o de oír en directo las palabras proferidas estos días. Expresiones feroces que no solo carecen del atenuante musical (de un rapsoda siempre cabe la sospecha de que la barbaridad que dice sea metafórica), sino que cuentan con el agravante de haber sido alentadas y/o justificadas por conocidos dirigentes de la ultraderecha española y del PP, supuestos partidarios de la democracia.

Es el caso de las amenazas de muerte contra políticos nacionalistas catalanes en forma de gritos y pancartas jaleadas por una Esperanza Aguirre que, en pleno brote maníaco, anima al personal a cortar la calle. Es el caso del actual vicepresidente de Castilla y León alentando el asedio (de una magnitud sin precedentes) a la sede central de un partido democrático. Es el caso de la concejal del PP que la semana pasada publicaba en sus redes sus buenos deseos para con Pedro Sánchez: “Un tiro en la nuca, merece...”. De momento, la concejal no ha pasado ni por comisaría. Tal vez solo la hayan bloqueado en Facebook, aunque ella, adelantándose, ya explicitó que le importaba una mierda (sic).

El patético conjunto de despropósitos tiene su colofón en algunos mensajes de órganos judiciales que llevan años con el mandato caducado (eso sí es ilegítimo, por cierto), y que encima se dedican a impartir doctrina nada menos que sobre la división de poderes.

Se está haciendo evidente que el rechazo a la amnistía es solo un pretexto. Que su auténtico propósito es alentar el odio y la desestabilización con el único fin de cambiar a toda costa unos resultados electorales que no les son favorables. Dicho de otro modo: su objetivo es acabar con la pluralidad. Es decir, con la democracia.

QOSHE - Más que palabras - Imma Monsó
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Más que palabras

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22.11.2023

En la cárcel está desde hace tiempo un muchacho de nombre artístico Hasél por sus canciones, algunas de ellas de indudable carácter violento y amenazador. Y aunque me parece justo que los límites de la libertad de expresión­ estén regulados en todo sistema que quiera llamarse democrático, la pena impuesta a Hasél siempre me ha parecido desproporcionada.

La desproporción entre la pena del rapero (hasta ahora en la cárcel) y la actual violencia de los ultras (de momento en la calle) se hace aún más flagrante después de leer o de oír en........

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