Barcelona-Kyiv 3.130,2 km. Gaza-Barcelona 3.067 km. Tan cerca, tan lejos. Lejos para la indiferencia. Cerca para la mala conciencia. Desde Bruselas hasta Ucrania, 2.250 km. El trayecto mental parece incalculable. No hay distancia para el olvido, el desapego y la ti­bieza a los que nos conducen. Una anestesia general. La impotencia de los mansos. Ya saben: información-desinformación-censura. Duda.

Un gota a gota que lleva a pensar que las cosas ocurren a intermitencias vilmente dirigidas por un escenógrafo perverso, a una sociedad que, según estudios, dudosos, claro, tiene como gran trastorno la ansiedad. Más bien, diría yo, la angustia y el desasosiego. Una ciudadanía que se ve alterada por ver morir a niños y ancianos, a mujeres y adultos por el solo hecho de que un asesino en serie ha decidido que así sea. Son los figurantes del dolor de una guerra, no nos engañemos, medieval, aderezada con algunas sofisticaciones armamentísticas de los traficantes del veneno. Y la infamia. Y la información manipulada.

Palestinos marchándose del norte de Gaza, presionados por tanques israelís, el pasado mes de noviembre

Cuando las pantallas y las redes explicitan la tortura, la venganza, la bravata, el dolor, la muerte y el hambre… y se justifica el asesinato de Estado y su suciedad moral, están alimentando el tan lamentable pero lógico y humano deseo de venganza y la represalia colectiva. La ley del talión, mal asunto. ¿Adónde nos llevará la memoria? ¡Ay, qué cruel puede llegar a ser la vida! Todo pasa rápido, pero a veces hacen que nos pase más rápido. A conveniencia, ¿de quién? Convivimos con dos grandes guerras y con la negra ala del cuervo amenazando con una global. Pero la información se superpone con gran rapidez, banaliza el drama convirtiéndolo en una presencia diaria asimilándolo al rutinario quehacer cotidiano. Y además la guerra tecnológica y tóxica nos llena de dudas, nos distrae el criterio y las emociones.

Los métodos de dominación varían con los tiempos, pero la servidumbre, los hábitos adquiridos y el miedo son las principales armas de los tiranos. De los psicópatas y criminales prehumanos que amenazan la democracia. Y la vida. Algo de eso sabía Étienne de La Boétie cuando escribió su Discurso de la servidumbre voluntaria (1548): ahora mismo.

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Barcelona-Kyiv-Gaza

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07.04.2024

Barcelona-Kyiv 3.130,2 km. Gaza-Barcelona 3.067 km. Tan cerca, tan lejos. Lejos para la indiferencia. Cerca para la mala conciencia. Desde Bruselas hasta Ucrania, 2.250 km. El trayecto mental parece incalculable. No hay distancia para el olvido, el desapego y la ti­bieza a los que nos conducen. Una anestesia general. La impotencia de los mansos. Ya saben: información-desinformación-censura. Duda.

Un gota a gota que lleva a pensar que las cosas ocurren a intermitencias vilmente dirigidas por un escenógrafo perverso, a una sociedad que, según estudios, dudosos, claro, tiene........

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