Ayer fue martes trece y hoy es San Valentín. ¡Vaya dos días! Menos mal que el amor todo lo puede y hasta sobrevive al matrimonio, único colectivo del Estado español que no se ofende, encaja y se ríe con los chistes sobre casados. Les pones una cruz, les dejas los clavos y son capaces de subirse al madero y crucificarse solos con tal de aceptar su penitencia.
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Al parecer, el tal Valentín en cuyo nombre hoy le toca a usted quedar bien con su contrincante sentimental ni estaba enamorado ni tenía pareja. Un artista, vamos.
El gran mérito del romano Valentín fue desafiar al emperador Claudio II (no confundir con Arieta II), que se oponía a la celebración de matrimonios al considerar que todo joven casado se convertía en un soldado defectuoso, dado al escaqueo y más preocupado por pacificar su hogar que por conquistar la Tracia.
Lejos de aceptar tan objetivo criterio, el sacerdote Valentín se dedicaba a casar a parejas por las esquinas, socavando así el espíritu guerrero de Roma y dejando en mal lugar al emperador, que bastante tenía con lo suyo.
Yo no digo que Valentín se mereciese la decapitación que tuvo, aunque tampoco irse de rositas, legando a la humanidad una hipoteca (hoy toca dárselas de enamorado). Y lo que es peor: conviene demostrarlo aunque sea invitando a media docena de langostinos, innovando en la alcoba –¿para cuándo el sexo tántrico, Bartolo?– o regalando la medalla del amor, cuyo lema ha descojonado a generaciones (“hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana”).
Y el feminismo, sin abrir la boca ni montar la campaña en las redes que se merece una celebración de raíces heteropatriarcales y fines mercantiles. Unamos fuerzas, todas y todos, y acabemos con el 14 de febrero por insostenible.
–Mi marido y yo nos regalamos un fin de semana en un spa donde te sumergen en una tinaja de vino, siembran el lecho con pétalos y te llevan el desayuno a la cama siempre y cuando reserves la hora exacta un mes antes... ¡Cuando se entere Bartolo!
Nota: los casados con más de 25 años de antigüedad pueden acogerse a la ley de Amnistía.
El tal Valentín era soltero
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14.02.2024
Ayer fue martes trece y hoy es San Valentín. ¡Vaya dos días! Menos mal que el amor todo lo puede y hasta sobrevive al matrimonio, único colectivo del Estado español que no se ofende, encaja y se ríe con los chistes sobre casados. Les pones una cruz, les dejas los clavos y son capaces de subirse al madero y crucificarse solos con tal de aceptar su penitencia.
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Al parecer, el tal Valentín en cuyo nombre hoy le toca a usted quedar bien con su contrincante sentimental ni estaba enamorado ni tenía pareja. Un artista,........
© La Vanguardia
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