El aeropuerto de Gran Canaria carece de nombre de algún prócer local –tipo aeropuerto Juan Guedes o Matafolios Don Benito–, acaso aeropuerto de Gando por la bahía. Ni rastro del vuelo del Dragon Rapide , aquel 18 de julio del 36.

A Gando llegaban el sábado tres vuelos madrugadores y abarrotados desde Madrid, Barcelona y Bilbao, flor y nata de las Españas. Todos en la misma hora.

Y todos con una reserva de alquiler de coche en la compañía insular señera...

Antes de relatar “Episodios nacionales. Los españoles y una cola de dos horas”, conviene aclarar que quién no ha alquilado un coche en Canarias no sabe lo que una tarde de cine de barrio: tarifas bajas, kilometraje ilimitado y seguro a todo riesgo de modo que le entran ganas a uno de chocar con la primera furgoneta de reparto.

Al cabo de hora y media, ya encabezamos la cola. No quedan vehículos y toca esperar que acudan al llamamiento urgente a todos los puntos de la isla. ¡Dunkerke!

Se planta un canario robusto ante el mostrador y abre las hostilidades ante tres empleadas a la que antaño hubiésemos tratado de señoritas: “¡Quiero hablar con el encargado!”.

-El encargado no está.

-¡Siempre hay un encargado!

Acertadas palabras. España no existiría sin la figura del encargado. Naturalmente, el encargado está en lo suyo y no allí donde se exige su presencia, de otra manera no sería el encargado.

Lidiado el canario, irrumpen dos señoras con aires calagurritanos y un solemne “hasta aquí podríamos llegar”. Transaccionan que si la espera se prolonga –son las once y media– la compañía debería abonarles el almuerzo.

Las antaño señoritas se inquietan: el motín de Gando se gesta.

Yo, para no ser menos, las miro con rostro insobornable: sois guapas pero los tiempos han cambiado y exijo mi Opel Corsa. Me dan un Alfa Romeo y adiós sed de venganza (una reclamación o acaso alguna reseña tóxica en internet). Mejor berrear que litigar. Será la pereza, valor cívico.

Ah, el Alfa Romeo es automático así que si quiero me estampo contra la primera palmera que vea.

QOSHE - Yo quería mi Opel Corsa - Joaquín Luna
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Yo quería mi Opel Corsa

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12.02.2024

El aeropuerto de Gran Canaria carece de nombre de algún prócer local –tipo aeropuerto Juan Guedes o Matafolios Don Benito–, acaso aeropuerto de Gando por la bahía. Ni rastro del vuelo del Dragon Rapide , aquel 18 de julio del 36.

A Gando llegaban el sábado tres vuelos madrugadores y abarrotados desde Madrid, Barcelona y Bilbao, flor y nata de las Españas. Todos en la misma hora.

Y todos con una reserva de alquiler de coche en la compañía insular señera...

Antes de relatar “Episodios nacionales.........

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