Me enorgullece que el Mobile World Congress tenga (casi) la sede permanente en Barcelona pero a la vez estoy tratando, como un conejo de indias mi adicción a la pantalla.

En un ejercicio altamente recomendable para los que fumamos dos paquetes al día de móvil, el sábado noche experimenté: puse el teléfono inteligentísimo en la mesa de la cocina, modo avión, y dispuse en otra pantalla (la de la tele) a ver el capítulo dos de la segunda temporada de American Horror Story, una serie adictiva de terror. La duración del capítulo era de 46 minutos (títulos de crédito incluidos). Aguanté pero llegué al móvil como Gabriela Andersen alcanzó la meta en el maratón de los JJOO de Los Ángeles 84: extasiado, agónico y con ovación de gala familiar.

Es verdad que lo experimento cada vez que voy al cine o al teatro, pero he decidido, momentáneamente, evitar las obras (por muy maestras que sean) de duración más larga de dos horas. Es decir ni Oppenhaimer , ni Martin Scorsese.... Lo siento, no estoy preparado para vivir tanto tiempo desconectado de la realidad mientras miro ficción. No me pasaba con el tabaco, baremo con el que valoraba si una película me había gustado o detestado dependiendo del “mono”. La OMS aun no usa la palabra adicción para los enganchados al móvil, por lo que no se puede considerar adicto al que, por nuestro modus vivendi, estamos incrustados en la pantalla. (Ignoro si la OMS espera que nos convirtamos en zombis y nos lancemos por la ventana con el móvil en la boca).

Hace unos años en el No pot ser, entrevisté a Aza Raskin, el ingeniero inventor del movimiento más global en todo el mundo, el scroll infinito: bajar con el dedo la pantalla del móvil. Raskin explicó que “con ese suave movimiento las grandes tecnológicas nos están drogando”. Raskin se arrepentía de no haber dado indicaciones para saber usarlo con limitaciones. Preguntaba porque colgamos un tuit o una foto en Instagram. Respondía: Para mostrar nuestra inseguridad y lo que nos gustaría ser.

Hoy que se inicia el MWC aplaudamos la tecnología que nos viene y que mejorará la sociedad pero vigilemos la que nos empeora y nos convierte en unos seres con una capacidad infinita en desperdiciar el tiempo y la vida.

QOSHE - Un adicto cerca del Mobile - Jordi Basté
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Un adicto cerca del Mobile

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26.02.2024

Me enorgullece que el Mobile World Congress tenga (casi) la sede permanente en Barcelona pero a la vez estoy tratando, como un conejo de indias mi adicción a la pantalla.

En un ejercicio altamente recomendable para los que fumamos dos paquetes al día de móvil, el sábado noche experimenté: puse el teléfono inteligentísimo en la mesa de la cocina, modo avión, y dispuse en otra pantalla (la de la tele) a ver el capítulo dos de la segunda temporada de American Horror Story, una serie adictiva de terror. La duración del capítulo era de 46 minutos........

© La Vanguardia


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