Nicolás Maquiavelo dejó escrito que “el príncipe debe ser prudente como el zorro y fuerte como el león”. Si viviera en nuestra época, el maestro florentino se sentiría muy desdichado de ver cómo la mayoría de los políticos actuales abusan de la agresividad y adolecen de toda cautela en sus intervenciones públicas. La larga sesión de ayer en el Congreso evidenció un bajo nivel discursivo, exento de originalidad, entre Gobierno y oposición. Los periodistas ya podían haber escrito algunas de las frases que se dijeron antes de ser pronunciadas. Todo más que previsible.

Pedro Sánchez no dejó pasar la oportunidad ayer de decir que el PP hacía “una oposición destructiva”, pero en su intervención del mediodía elevó el discurso y prefirió centrarse en los buenos resultados de la política económica y en los graves problemas que afectan a la geopolítica internacional. Esta vez no entró al trapo en las críticas que le lanzó Alberto Núñez Feijóo sobre que había dinamitado el PSOE o sus alusiones a “los negocios de sus amigos socialistas en Venezuela” –sin citar nada más– o las cesiones a Marruecos. No hubo un y tú más con distribución de más fango.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ayer en el Congreso

Sánchez ejerce el poder. Tiene muchos recursos y no puede caer en la tentación de convertir las sesiones de control en el Congreso en un espectáculo mediático o tener a un ministro de Transportes que aparezca en los medios más por sus desplantes en las redes sociales que por su gestión. Quien tiene el mando puede hacer otras cosas, como facilitar que la televisión pública fiche a una productora en horario de máxima audiencia para compensar las campañas en contra que sufre de medios privados. RTVE pagará 28 millones a la productora donde trabaja David Broncano, pero difícilmente va a recuperar esta inversión porque no dispone de la palanca de la publicidad. El único sentido de la apuesta es el de ofrecer una mirada alternativa a la oferta que Antena 3 y Telecinco ofrecen a esa hora y que no es, digámoslo suavemente, amable con el Gobierno.

Estas maquinaciones recibieron el nombre de maquiavélicas, en alusión al político florentino, por algún motivo. Repetimos la cita: el príncipe debe ser prudente como el zorro y fuerte como el león.

QOSHE - El zorro y el león - Jordi Juan
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El zorro y el león

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11.04.2024

Nicolás Maquiavelo dejó escrito que “el príncipe debe ser prudente como el zorro y fuerte como el león”. Si viviera en nuestra época, el maestro florentino se sentiría muy desdichado de ver cómo la mayoría de los políticos actuales abusan de la agresividad y adolecen de toda cautela en sus intervenciones públicas. La larga sesión de ayer en el Congreso evidenció un bajo nivel discursivo, exento de originalidad, entre Gobierno y oposición. Los periodistas ya podían haber escrito algunas de las frases que se dijeron antes de ser pronunciadas. Todo más que previsible.

Pedro........

© La Vanguardia


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