España va bien. Y que nadie se ofenda por ello. Otra cosa es el espectáculo diario de la política, con elecciones continuas y una confrontación total entre Gobierno y oposición para tratar de llegar a acuerdos de fondo para el país. Pero la economía española se comporta de un modo sorprendentemente bueno según coinciden todos los expertos, algunos de los cuales llevan muchos meses pronosticando una crisis que no acaba de llegar. El Instituto Nacional de Empleo confirmó ayer que el PIB creció en España un 2,5% en el 2023, lo que supone cinco veces el de la media de la zona euro, que se queda en un 0,4%. El crecimiento de España está muy por encima del 0,7% de Francia, el 0,9% de Italia o las tres décimas de caída que experimentó el PIB de Alemania.

Si bien es cierto que la economía española crece desde posiciones más bajas, ya que tuvo una mayor caída durante los años de pandemia, el buen comportamiento del consumo y del mercado de trabajo hace prever que en el 2024 se podrá alcanzar el objetivo del Gobierno de crecer otro 2%. A muchos países de la zona euro les gustaría crecer también así este año.

Obras en la estación de La Sagrera

Somos un país de servicios donde existe una excesiva dependencia del turismo –las previsiones de este año es de caminar hacia otro récord–, pero España está demostrando tener una economía mucho más competitiva que en años anteriores.

Estos buenos datos no deberían llevar al triunfalismo sino ser aprovechados por el Gobierno para luchar contra el déficit público. Nuestro país es el tercero con mayor deuda pública de toda la UE. La propia Comisión Europea pedía esta misma semana a España que haga “más esfuerzos” para reducir estos niveles de deuda pública, y señaló en un informe que el Gobierno podía haber hecho más para rebajar estos niveles de déficit en los últimos años. Hay que aprovechar, pues, este viento de cola para hacer las reformas necesarias para ajustar más el déficit. La revalorización de las pensiones, seguramente necesaria, no ha ayudado a mejorar estos ratios. Por tanto, satisfacción porque “España va bien”, como decía José María Aznar en 1997, pero ahora podemos añadir que podría ir mejor.