La democracia británica nos lleva muchos años de ventaja al resto del mundo. Es cierto, como escribe nuestro corresponsal Rafael Ramos, que la discriminación racial está aún muy presente en la sociedad británica, pero no deja de ser un hito que los líderes del Reino Unido, País de Gales y Escocia sean políticos de etnias minoritarias. En Downing Street ejerce como primer ministro Rishi Sunak, nacido en Southampton, pero de ascendencia india. Escocia acaba de escoger como ministro principal a un musulmán, Humza Haroon Yousaf, y Gales, en el mismo cargo, ha elegido a un ciudadano negro nacido en Zambia, Vaughan Gething. Si a ello se le suma que el alcalde de la gran metrópoli, Londres, es Sadiq Khan, también de origen pakistaní, se completa un cuadro inédito en cualquier otro país europeo.

Sin ir más lejos, esta situación sería hoy impensable en España. Se podría destacar la excepción de Chakir el Homrani, nacido en Barcelona e hijo de inmigrantes marroquíes, que fue conseller de Treball con Esquerra. Cuesta encontrar a algún indio, musulmán o africano en puestos de responsabilidad en la economía, política o vida cultural española. El llamado ascensor social parece estancado para algunos colectivos.

Lamine Yamal ante Brasil en Madrid

Un caso diferente es el deporte, donde aquí la igualdad sí es absoluta y es una muy buena vía de integración. Estos días, por ejemplo, la afición futbolística española anda embelesada por el juego y calidad del joven Lamine Yamal, un chaval de 16 años, nacido en Esplugues de Llobregat, de padre marroquí y madre ecuatoguineana. Los aficionados del Barça llevan meses admirados por su irrupción y ahora, al vestirse la camiseta de la selección, ha pasado a ser descubierto y aplaudido por toda España. Lamine Yamal va camino de convertirse, aún tan joven, en un mito del deporte y puede ayudar, sin duda, a la integración racial. La pregunta que nos hemos de hacer es por qué solo pueden ascender socialmente los deportistas de élite y no se brinda nuevas oportunidades a todos los otros Lamine que viven en nuestros barrios.