Los consellers de Esquerra llevan varios días presentando las cuentas de sus departamentos para este año en diversas conferencias de prensa, aunque hay un pequeño detalle que quizás valga la pena destacar: los presupuestos de la Generalitat aún no han sido aprobados. Los diputados de ERC y PSC no son suficientes y necesitan dos escaños más para lograrlo. Los dirigentes republicanos se muestran confiados en que este apoyo que les falta les llegará de los comunes, pero, de momento, este grupo presentó ayer una enmienda a la totalidad de los presupuestos.

La esperanza del Govern se centra en que En Comú Podem acabaron apoyando las cuentas en el 2020, en el 2022 y en el 2023, y que incluso les podría ser suficiente su abstención. Lo que sucede es que, en aquellas ocasiones, los comunes gobernaban el Ayuntamiento de Barcelona y necesitaban el apoyo de los republicanos. Es conocido el sapo que tuvo que tragarse el bueno de Ernest Maragall, que cambió su intención de voto en el Ayuntamiento para facilitar el presupuesto de Ada Colau.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, este martes en el Parlament

En un año preelectoral, la tentación de Jéssica Albiach, liberada de los compromisos municipales, de marcar distancias con socialistas y republicanos es muy grande. La excusa es el proyecto de Hard Rock, que se ha convertido en un fetiche, tanto para los que están a favor como para los que están en contra. Y el Govern de Pere Aragonès tiene poco margen de maniobra por los acuerdos que tiene contraídos en este proyecto.

Bien sea por unos o por otros, la realidad final es que sería una gran irresponsabilidad que los presupuestos se echaran atrás y
se tuvieran que prorrogar las cuentas del año anterior. La pérdida sería de unos 2.400 millones de euros. Catalunya no está para desaprovechar oportunidades así.

Seguramente no hay tiempo para que Esquerra y PSC se planteen buscar otros novios para aprobar las cuentas, como sería el caso de Junts, ya que no parece que el resto de fuerzas (CUP, PP, Cs y Vox) se apunten a esta negociación. La decisión se tomará en el pleno del día 13. Hasta entonces, hay que pedir responsabilidad a todos y que se aprueben los presupuestos.