El culebrón de la ley de Amnistía llega a su fin. Este próximo jueves se decidirá si el texto definitivo es aprobado en la comisión de Justicia o se aparca definitivamente. El PSOE y Junts están más cerca del acuerdo que hace unas semanas, especialmente desde la fracasada reunión del 14 de febrero en Barcelona. Las dos partes han avanzado en el pacto, pero no se ha cerrado aún, y hay que recordar que los cambios que están en discusión deben ser ratificados también por el resto de los partidos que apoyaron el primer texto. Y aquí radica buena parte del problema: Esquerra no ve con agrado la nueva redacción que ofrece el PSOE. Estamos, pues, ante la dificultad para el Gobierno de lograr un acuerdo a tres.

Quedan pues cinco días donde está en juego la amnistía, y de rebote, los presupuestos de este ejercicio, y, por tanto, el éxito de la legislatura. Pedro Sánchez se lo juega al todo o nada en esta recta final de cinco días. La ley de Amnistía ya es suficientemente importante por lo que representa, pero lo que hace que sea un debate trascendente es la repercusión que pueda tener en la desafección de Junts o Esquerra en las siguientes votaciones que vaya a haber en el Congreso. El devenir de la legislatura en España no será igual si el Gobierno aprueba la amnistía y los presupuestos de este año, a pesar de que el PP pueda seguir haciendo una oposición muy dura y se apunte también un probable éxito electoral en las europeas de junio.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una reunión con la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras

En el ámbito catalán, la aprobación de la amnistía será un respiro para todas las personas afectadas por las diferentes causas penales y debería contribuir a superar de una vez por todas la etapa del procés. El exconseller Lluís Puig afirma hoy en una entrevista a La Vanguardia que no hay alternativa a la amnistía y que su aprobación servirá, sin duda, para normalizar la vida catalana y permitir que se puedan dar pactos entre los tres grandes partidos: PSC, ERC y Junts.

Todo pende de un hilo y no va a ser fácil congeniar tantos intereses en la ley y que esta norma sea jurídicamente impecable ante los tribunales europeos. El acuerdo será a tres o no será.