Supongo que lo maravilloso es que no deje de sentir asombro, pero, cada vez que estoy ante un buen libro, película o pieza musical, siento gratitud por lo que me sorprende. Veo series de televisión, películas, y la capacidad que tienen algunos creadores o intérpretes de hacerme sentir que todo es nuevo, por más viejo que sea hablar del amor, del éxito, del fracaso, de la soledad, de la traición o de la muerte, hace crecer mis ganas de vivir.

Hay guionistas de películas, compositores, pintores y todo tipo de creadores que consiguen emocionarme y, al mismo tiempo, amplían mi manera de pensar y de vivir mi mundo. Así es: el arte te deja sin aliento mientras mueve los límites de tu territorio mental interior y te los expande, porque eso es lo que hacen las cosas buenas. Si nuestra vida fuese un compás, las grandes piezas de arte y creación levantarían la aguja de nuestro precioso medidor del radio y lo ensancharían. Qué magnífico es decirlo de nuevo: lo ensanchan. Te dejan sin aliento durante el tiempo que tardas en levantar la aguja y volver a clavarla para dibujar una nueva circunferencia: más amplia y, tal vez, con un punto distinto de anclaje.

Si tienes suerte, a lo largo de la vida tendrás algunos de estos momentos sin aliento con una cierta frecuencia y verás y entenderás cosas que antes ni sospechabas que existían, que podían ser pensadas. De nuevo lo intuyen los poetas: “Mis versos no son míos: lo confieso, / estaban en el borde del camino”, dice el inicio del poema Primeros pasos de Carlos Álvarez.

Sí, hay magos de la vida: personas que tienen una intuición y que, acaso con más o menos genio, pueden repetir y aplicar, para crear y recrear –una y cien veces si hace falta– aquello que nos (con)moverá. Cansados como estamos de tanta tontería, de tanta mediocridad, de tanta envidia, llegan algunos buenos profesionales, artesanos, artistas (cada uno en lo suyo), y alguien prepara una vichyssoise o escribe una frase en una película que te transporta, porque el autor sabe amar su oficio, como Bach cuando compuso el Preludio en do mayor.

QOSHE - Cada segundo cuenta - Jordi Nadal
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Cada segundo cuenta

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14.11.2023

Supongo que lo maravilloso es que no deje de sentir asombro, pero, cada vez que estoy ante un buen libro, película o pieza musical, siento gratitud por lo que me sorprende. Veo series de televisión, películas, y la capacidad que tienen algunos creadores o intérpretes de hacerme sentir que todo es nuevo, por más viejo que sea hablar del amor, del éxito, del fracaso, de la soledad, de la traición o de la muerte, hace crecer mis ganas de vivir.

Hay guionistas de películas, compositores, pintores y todo tipo de........

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