Geraldo Rufino, un exitoso brasileño que nació en la escasez extrema hace 65 años, expresó de manera magistral: “No hay pobreza que resista 16 horas trabajadas al día”. En la sociedad, pocos temas polarizan tanto como la educación, la sanidad y la economía. Algunos son especialistas en redistribuir la riqueza ajena, mientras que otros lo son en pensar que sus éxitos están basados únicamente en méritos propios. Nadie parece recordar la frase de Fitzgerald al principio de El gran Gatsby, cuando un padre le recordaba a su hijo: “Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien, ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas”.

Sería un error educar a nuestros hijos y jóvenes en la idea de que el éxito está garantizado si se esfuerzan, si trabajan, si lo hacen bien y son honestos, porque hay factores externos que no siempre lo permiten. Por ejemplo, la suerte puede tener un papel determinante, bien sea positivo o nefasto. Existen varias formas de lotería en la vida. La más evidente es la de los juegos de azar, como apostar en un casino o en una máquina tragaperras y ganar. Pero también hay otras loterías que determinan nuestras circunstancias: la del lugar y el momento de nacimiento, la familia, la genética que otorga salud o belleza, el haber crecido rodeado de libros, de gente buena o de belleza.

Por eso, deberíamos ser más humildes cuando miramos alrededor. Pensemos en nuestro punto de partida. Y, al mismo tiempo, no bajemos la guardia ni disminuyamos nuestra exigencia. Hoy, algunos desisten de inscribirse en el maratón del esfuerzo porque les parece que todo está repartido. Pero el sistema tiene sus fallas y a veces la virtud es recompensada. Hay personas que triunfan porque han sabido trabajar, con tenacidad y siguiendo tres principios esenciales en la gestión de su vida: ser leales, tener interés por aquello que defienden fervientemente y ser pacientes, porque las prisas excesivas te pueden hacer descarrilar. Me lo dijo hace más de veinte años Arnau Olivar, quien fue mi mentor. “Lealtad, interés y paciencia”. Y todo saldrá bien.

QOSHE - El ascensor social - Jordi Nadal
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El ascensor social

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09.04.2024

Geraldo Rufino, un exitoso brasileño que nació en la escasez extrema hace 65 años, expresó de manera magistral: “No hay pobreza que resista 16 horas trabajadas al día”. En la sociedad, pocos temas polarizan tanto como la educación, la sanidad y la economía. Algunos son especialistas en redistribuir la riqueza ajena, mientras que otros lo son en pensar que sus éxitos están basados únicamente en méritos propios. Nadie parece recordar la frase de Fitzgerald al principio de El gran Gatsby, cuando un padre le........

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