Tomo taxis a menudo. Si el taxista es un buen profesional y le gusta leer, le regalo un libro. Coincidí con uno al que ya le había dado mi libro, Libroterapia, que incluye un capítulo sobre el gran escritor Antón Chéjov. El taxista me dijo que le había impactado el fragmento en el que digo que el escritor Simon Leys opinaba que, si te tienen que operar y debes elegir entre dos cirujanos de igual capacidad técnica, conviene elegir al que haya leído a Chéjov.

La razón que argumentaba Leys era que aquel que se haya emocionado leyendo sus obras seguramente tendrá en consideración mucho más que el cuerpo del paciente al que opera.

El taxista le preguntó a su hermano cirujano si había leído a Chéjov. Al decir que no, el taxista lector bromeó diciendo que quizás no era tan buen cirujano, a lo que su hermano rió y le dijo que se fuera a freír espárragos.

Todo esto resalta la sorprendente riqueza de la vida, cuando las personas poseen el regalo de la curiosidad. Esa permeabilidad permite llegar a vivir más mundos que solo el propio. Este genial autor ruso –que era médico– enlaza todo aquello que él vio y sintió en sus obras. Y estas, vivas, se deslizan, años después, por una ciudad lejana en la conversación de dos desconocidos, que dejan de serlo gracias ellas.

Si todo va bien, cuando elaboren el currículo de la carrera de Medicina, lo tendrán en cuenta. Este ha sido el caso de la UPF, que ha incluido una asignatura de Humanidades con el fin de “restaurar el alma a la medicina” donde los alumnos leen, entre otros, a Tolstói, y que reintroduce filosofía, literatura y arte en la formación médica y cuyo fin es promover una relación más personalizada y humana entre médicos y pacientes. Aquel que procura curarte, o al menos cuidarte, debe entender no solo enfermedades o lesiones. Va más allá de tratar un cuerpo; implica abordar las historias, sueños, ilusiones, ambiciones y derrota de una persona. Hay mucho más en juego de lo que parece: ni más ni menos que la vida misma. De modo que bienvenida sea como asignatura del plan de estudios “Cirugía, II, lo que aprendemos de Chéjov”.

QOSHE - El taxista y Chéjov - Jordi Nadal
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El taxista y Chéjov

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13.02.2024

Tomo taxis a menudo. Si el taxista es un buen profesional y le gusta leer, le regalo un libro. Coincidí con uno al que ya le había dado mi libro, Libroterapia, que incluye un capítulo sobre el gran escritor Antón Chéjov. El taxista me dijo que le había impactado el fragmento en el que digo que el escritor Simon Leys opinaba que, si te tienen que operar y debes elegir entre dos cirujanos de igual capacidad técnica, conviene elegir al que haya leído a Chéjov.

La razón que argumentaba Leys era que aquel que se haya........

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