La sociedad actual se encuentra en un estado constante de confrontación: hombres contra mujeres, derechas contra izquierdas, jóvenes contra viejos, los de aquí contra los de fuera, funcionarios contra empleados de empresas privadas y viceversa en cada caso y, así, hasta la extenuación. Esta dinámica está llevando a una cancelación masiva de la que no quedará nada por cancelar.

Hemos llegado a la fase fundacional que en Alemania se condensa en una palabra: Feindbildung, la construcción del enemigo. Hoy, muchos construyen su identidad en torno al odio. Desde que leí M. El hijo del siglo de Scurati, sobre la vida y el siglo de Mussolini, me ha quedado claro que estamos repitiendo patrones.

Las palabras van preparando el terreno y eventualmente se convierten en gestos y acciones destructivas hacia los demás. La sociedad carece de un espacio común y está obsesionada con cancelar todo aquello que no encaje con las propias preferencias. Si no te gusta la marca de colonia que utilizaba Camus, procedamos a cancelarlo. Derribemos todas las estatuas, pero no renunciemos a las riquezas de nuestros antepasados. Los cursos de derribo están llenos, los de asumir nuestras contradicciones y miserias, vacíos.

En un intento por llamar la atención, algunos están dispuestos a recurrir a la violencia y destrucción, como lo hizo Eróstrato en el 356 a.C. al incendiar el templo de Artemisa en Éfeso (considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo). ¿Por qué sucede esto? Una hipótesis plausible es que convivimos con tanta gente que no debe haber sido querida en su infancia que, hoy, mayores, algunos quieren prenderle fuego a todo. Hay tanta amargura, envidia y mediocridad suelta, que estamos en riesgo de la destrucción generalizada.

La solución pasaría tal vez por retornar a los valores de esfuerzo, paciencia, voluntad de aprendizaje, buscar una voz más individual y menos tribal. Más vida interior. Más respeto. Más consciencia de lo que vale la pena. Lo dijo Marguerite Yourcenar en ese pasaje de las Memorias de Adriano que empieza: “No desprecio a los hombres…”. Búsquenlo.

QOSHE - Todos contra todos - Jordi Nadal
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Todos contra todos

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12.03.2024

La sociedad actual se encuentra en un estado constante de confrontación: hombres contra mujeres, derechas contra izquierdas, jóvenes contra viejos, los de aquí contra los de fuera, funcionarios contra empleados de empresas privadas y viceversa en cada caso y, así, hasta la extenuación. Esta dinámica está llevando a una cancelación masiva de la que no quedará nada por cancelar.

Hemos llegado a la fase fundacional que en Alemania se condensa en una palabra: Feindbildung, la construcción del enemigo. Hoy, muchos........

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