He pasado parte de mi vida en Navarra y me siento vinculado a ella por lo más humano que tenemos: la memoria que nutre el afecto. Sigo sus avatares, incluido el último episodio: la toma por Bildu de la alcaldía de Pamplona.

Nada nuevo. Es sabido que los nacionalistas vascos siempre han considerado Navarra como una parte irrenunciable de Euskal Herria, pese a que Navarra se divide en dos mitades: un norte poco poblado que habla euskera y un sur castellanoparlante homologable a La Rioja o Aragón. Pero, pese a ello, los nacionalistas vascos lograron que la Constitución incluya una disposición transitoria 4.ª que abre la posibilidad de que Navarra se incorpore al País Vasco por acuerdo del Parlamento foral refrendado en referéndum.

Sorprende que no se prevea la recíproca, es decir, que el País Vasco se incorpore a Navarra, pese a que, históricamente, las provincias vascas siempre formaron parte de Castilla, mientras que el Viejo Reino de Navarra siempre tuvo existencia propia y autónoma, y, además, Navarra es más extensa que Euskadi (10.000 kilómetros cuadrados, frente a 7.300 de Euskadi), aunque, eso sí, está menos poblada.

Joseba Asiron (Bildu) pasa con el bastón de mando por detrás de su predecesora en el cargo, Cristina Ibarrola, tras proclamarse alcalde de Pamplona en diciembre

Se suele ignorar que el Partido Socialista de Navarra (PSN) no ha sido siempre proclive a secundar, como hace hoy, a los nacionalistas vascos. En los primeros ochenta, rechazó la integración de Navarra en Euskadi y apoyó, junto con UCD y UPN, la ley de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral, que define a Navarra como una comunidad foral con régimen, autonomía e instituciones propias, indivisible, integrada en la nación española y solidaria con todos sus pueblos. Pero, en este siglo, el PSN ha estado dispuesto en todo momento a secundar a los nacionalistas, viéndose frenada su querencia abertzale por la organización central del PSOE hasta la llegada de Pedro Sánchez.

Así, en el 2007, el PSN firmó un acuerdo de gobierno con Nafarroa Bai e Izquierda Unida para desplazar a la foralista UPN. En el 2011, el PSN intentó de nuevo un pacto con los nacionalistas y la colaboración de Bildu. En el 2014, el PSN intentó una moción de censura contra el gobierno de UPN. En el 2015, el PSN se abstuvo en la investidura del primer gobierno vasquista de Uxue Barkos. En el 2019 ganó UPN dentro de la coalición Navarra Suma, pero el presidente Sánchez permitió, por vez primera, que el PSN (María Chivite) accediese a la presidencia del Gobierno con la colaboración de Bildu. Y llegamos al 2023, cuando Sánchez y Arnaldo Otegi se reparten el pastel navarro: el Gobierno autonómico para el PSN y la alcaldía de Pamplona para Bildu.

Es posible que, con este pacto, se trate de dar un paso más en el intento de euskaldunizar Navarra, con el objetivo de impulsar su absorción por Euskadi, lo que requiere tiempo y un gobierno tolerante en Madrid. Pero también hay quien duda de que este último acuerdo facilite un avance real en la euskaldunización, pues lo cierto es que el número de vascoparlantes no ha aumentado en los últimos años.

En cambio, lo que con toda certeza provoca el pacto es un avance claro en la marginación de la derecha navarrista y, a la vez, en el debilitamiento del PNV de Navarra en beneficio de Bildu. Y, por último, se deduce del pacto que el cambio político radical que se está gestando en España “con consejo maduro y secreto” está protagonizado por el Partido Socialista. No es que sea un caballo de Troya. Es su impulsor y su protagonista. Pero esta es otra cuestión. Es la cuestión del momento.

Volviendo a Navarra. ¿Qué le deseo? Que no se equivoque y siga p’alante sola. Tiene un PIB reducido (poco más de 20.000 millones de euros), pero una renta per cápita alta (32.000 euros), y su sistema paccionado de convenio es tan favorable como el concierto vasco. ¿Qué gana Navarra con la absorción? Tener un gobierno central más cerca (en Vitoria) que el de Madrid. Si es absorbida por Euskadi, Navarra perderá autonomía a cambio de nada, porque nada se le ha perdido en Euskal Herria. Pero el derecho a equivocarse forma parte de la libertad. Y, hasta hoy, los navarros son libres.

QOSHE - La absorción de Navarra - Juan-José López Burniol
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La absorción de Navarra

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13.01.2024

He pasado parte de mi vida en Navarra y me siento vinculado a ella por lo más humano que tenemos: la memoria que nutre el afecto. Sigo sus avatares, incluido el último episodio: la toma por Bildu de la alcaldía de Pamplona.

Nada nuevo. Es sabido que los nacionalistas vascos siempre han considerado Navarra como una parte irrenunciable de Euskal Herria, pese a que Navarra se divide en dos mitades: un norte poco poblado que habla euskera y un sur castellanoparlante homologable a La Rioja o Aragón. Pero, pese a ello, los nacionalistas vascos lograron que la Constitución incluya una disposición transitoria 4.ª que abre la posibilidad de que Navarra se incorpore al País Vasco por acuerdo del Parlamento foral refrendado en referéndum.

Sorprende que no se prevea la recíproca, es decir, que el País Vasco se incorpore a Navarra, pese a que, históricamente, las provincias vascas siempre formaron parte de Castilla, mientras que el Viejo Reino de Navarra siempre tuvo existencia propia y autónoma, y, además, Navarra es más extensa que Euskadi (10.000........

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