“Europa se prepara para la guerra”. ¿Qué hace una cuando lee un titular así? Y no es solo un titular aislado. Alemania habla de restablecer el servicio militar obligatorio; el presidente de Francia, de enviar soldados a Ucrania; la presidenta de la Comisión Europea pide “un despertar urgente en Defensa”…

Una sale a la calle, coge un taxi, va al médico, come y cena con familia o amigos, habla con gente… Y se queda muy sorprendida al ver que nadie menciona siquiera la palabra guerra. Bien es verdad que a estas alturas, con el ejemplo del cambio climático, una ya empieza a estar escarmentada. La evidencia está aquí –un día hace 28ºC en enero, al siguiente nieva, se extiende la sequía, los incendios…–, las noticias son cada día más alarmantes… y nadie parece hacer ni caso. Lo último es el anuncio de que la corriente circular del Atlántico está deteniéndose, lo que, al parecer, tendría el efecto de sepultar a media Europa bajo cincuenta metros de nieve. Pues como si nada. Quizá es que no somos capaces de imaginar un colapso ecológico, nunca hemos visto uno, nos suena a ciencia ficción…

Una mujer pasa, en el centro de Kyiv, ante un muro conmemorativo dedicado a los caídos de Ucrania

Pero la guerra sí sabemos cómo empieza: hemos leído el diario de Victor Klemperer, que anotaba sus pequeñas cuitas de profesor jubilado sin imaginar lo cerca que estaba de ver arrasada su casa, su ciudad, su país; hemos oído las historias de nuestros padres, suegros, abuelos. Mi madre recordaba que un día de mucho calor, teniendo ella seis años, mientras jugaba a la puerta de su casa oyó a su madre y una vecina hablar de algaradas y tiroteos, conversación que zanjó una diciéndole a la otra: “Bah, esto durará quince días”. Era a mediados de julio de 1936.

Y a todas estas, ¿qué hacen, qué dicen, quienes tienen responsabilidades políticas o aspiran a tenerlas? ¿De qué hablan el Gobierno, el Govern, la oposición? De un tal Koldo. De si los restaurantes deberían cerrar más pronto. De la amnistía. De si debe dimitir la presidenta del Congreso. De cenas en marisquerías y porteros de puticlub. De un casino que se va a construir o no se va a construir en Tarragona.

Mira que si en estas nos pilla la tercera guerra mundial… Encima de la destrucción, el ridículo.

QOSHE - Preparar la guerra - Laura Freixas
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Preparar la guerra

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09.03.2024

“Europa se prepara para la guerra”. ¿Qué hace una cuando lee un titular así? Y no es solo un titular aislado. Alemania habla de restablecer el servicio militar obligatorio; el presidente de Francia, de enviar soldados a Ucrania; la presidenta de la Comisión Europea pide “un despertar urgente en Defensa”…

Una sale a la calle, coge un taxi, va al médico, come y cena con familia o amigos, habla con gente… Y se queda muy sorprendida al ver que nadie menciona siquiera la palabra guerra. Bien es verdad que a estas alturas, con el ejemplo del cambio climático,........

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