A ningún ejército le gustan los desertores. El soldado que en la batalla abandona su puesto se expone a recibir in situ un tiro por la espalda, gentileza de su capitán. Ya es menos frecuente que uno deserte cerca de Járkiv, al este de Ucrania, y sea ejecutado en La Vila Joiosa (Alicante). Esto último es lo que le ocurrió el 13 de febrero al soldado ruso Maxim Kuzmínov, que en agosto huyó pilotando su helicóptero de combate Mi-8 y se entregó al enemigo, previo pacto con él.

Kyiv dio eco propagandístico a la operación. Moscú clamó venganza. Y ahora ha liquidado al desertor, tres días antes de que el líder opositor ruso Alexéi Navalni, repetidamente agredido y envenenado, falleciera en una inhóspita prisión ártica. Son nuevas muescas en la pistola de Putin –junto a las de Politkóvskaya, Nemtsov, Litvinenko, Prigozhin...–, que actúa con arrogante desfachatez incluso fuera de su país.

Un detalle sugerente de este caso es que Serguéi Narishkin, jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, dijo que Kuzmínov era un “cadáver moral” desde que desertó. Esta calificación apesta a justificación del asesinato. Es impropia de un jefe de espías, que suelen actuar en la sombra. Es rara porque un cadáver es un cuerpo muerto, y la moral, un código de conducta en vida, de modo que una cosa y la otra no casan. Y también porque quien atropella y mete seis tiros a su víctima –eso le hicieron a Kuzmínov– no debería dar lecciones de moral.

Conclusión uno: Putin está de un cínico subido. Conclusión dos: si traicionar a la patria a los mandos de un helicóptero es reprobable, hacerlo desde el Kremlin, privando a Rusia de libertad, con la moralidad bajo cero, lo es más. Conclusión tres: si los cadáveres morales merecen estar, además, clínicamente muertos, Putin lleva ya largo tiempo haciendo méritos.

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Cadáveres morales

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25.02.2024

A ningún ejército le gustan los desertores. El soldado que en la batalla abandona su puesto se expone a recibir in situ un tiro por la espalda, gentileza de su capitán. Ya es menos frecuente que uno deserte cerca de Járkiv, al este de Ucrania, y sea ejecutado en La Vila Joiosa (Alicante). Esto último es lo que le ocurrió el 13 de febrero al soldado ruso Maxim Kuzmínov, que en agosto huyó pilotando su helicóptero de combate Mi-8 y se entregó al enemigo,........

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