La conmemoración de los veinte años de los atentados del 11-M ha generado esclarecedores reportajes periodísticos. Con ellos hemos recordado la magnitud de la tragedia y, también, hemos documentado el uso tramposo –y contraproducente– que de ella hizo la derecha pilotada por Aznar, así como la airada reacción de los socialistas y el inesperado veredicto del 14-M.
José María Aznar, en uno de los actos tras el 11-M en el 2004
Se ha repetido que aquel encono entre populares y socialistas está en el origen de la enemistad que aún envenena su relación. O sea, que la interesada insistencia del PP en la autoría de ETA, cuando ya había pruebas contra el islamismo radical, y las declaraciones del PSOE en que afirmaba que los españoles se merecían un gobierno que no les mintiera abrieron una herida que todavía supura.
Nadie podrá devolver la vida a las 192 víctimas mortales del 11-M ni alterar las reacciones tras la masacre. Pero veinte años de bulos absurdos y desencuentros bastan y sobran. ¿Serviría, para reparar esa relación, el reconocimiento público de los errores cometidos tras el 11-M? Porque, como se ha recordado, nadie ha pedido disculpas por crear la nube tóxica que todavía oculta un horizonte de mejor convivencia.
¿Se pedirán algún día? Será difícil. Aznar, como algunos de sus corifeos, es hombre de ideas fijas y maneras arrogantes, propias de quien se cree infalible. Los suyos siguen con la cantinela de que el Gobierno socialista actual, como el que España eligió el 14-M del 2004, es ilegítimo. Además, han elevado el perfil de diputado jabalí, que embiste y zahiere sin tregua, a portavoz parlamentario. Y el PSOE ha correspondido dando papel a diputados peleones. Juntos, abonan la grosería parlamentaria.
¿No hemos aprendido nada en veinte años? Decía Gobineau (y me gusta repetirlo): “El hombre no viene del mono; va hacia el mono”.
Veinte años sin aprender
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10.03.2024
La conmemoración de los veinte años de los atentados del 11-M ha generado esclarecedores reportajes periodísticos. Con ellos hemos recordado la magnitud de la tragedia y, también, hemos documentado el uso tramposo –y contraproducente– que de ella hizo la derecha pilotada por Aznar, así como la airada reacción de los socialistas y el inesperado veredicto del 14-M.
José María Aznar, en uno de los actos tras el 11-M en el 2004
Se ha repetido que aquel........
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