Las leyes sobre inmigración tienen corta vida porque su estricto cumplimiento va en contra de las impredecibles corrientes de la historia. La mitad de los irlandeses emigraron a Estados Unidos en el siglo XIX a causa del hambre causada por la crisis de la patata. Más de un millón de judíos rusos se fueron a Israel al desmoronarse el imperio soviético. Los ucranianos expatriados a causa de la guerra alcanzan ya más de cuatro millones.

Las gentes huyen de las guerras, el hambre, la persecución, en busca de horizontes de trabajo o empujados por la esperanza de una vida más digna. Se estima que en la actualidad hay más de doscientos millones de hombres y mujeres en el mundo que viven en países distintos al que nacieron.

La población extranjera supone hoy en Catalunya un 16,3%, según las estadísticas oficiales. Hace 35 años la cifra era del 1,1%. Jaume Bellmunt hace una interesante reflexión en la revista Política & Prosa sobre el hecho de que Catalunya cuenta con ocho millones de habitantes y el gobierno se muestra insensible para afrontar las derivadas políticas y sociales por la llegada de más de un millón de personas este siglo.

Una de las cuestiones más espinosas en las reuniones del PSOE con Junts es precisamente la exigencia de Puigdemont de pedir el traspaso integral de la inmigración a Catalu­nya. No se conocen los términos de estas negociaciones, pero el discurso de los independentistas es más identitario que social.

Estaría en la línea de los conservadores supremacistas británicos que han aprobado una ley que permite deportar a los inmigrantes a Ruanda. El coste de la operación sería superior a que los deportados tuvieran vivienda gratis en el Reino Unido. Es un despropósito que, además, es un negocio inviable.

La inmigración en Europa es inevitable. Por razones demográficas y económicas. No es un problema, sino una solución. ¿Se imaginan qué pasaría si en tres meses se fueran todos los que han llegado en este siglo? La integración se producirá si los que llegan tienen todos los derechos políticos y sociales para poder exigirles todos los deberes. Mezclar inmigración y delincuencia es el discurso de la extrema derecha, es racismo. Habrá más tensiones identitarias cuantas menos políticas sociales efectúen los gobiernos. Las fotos fijas no existen.

QOSHE - Inmigración y avances sociales - Lluís Foix
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Inmigración y avances sociales

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19.01.2024

Las leyes sobre inmigración tienen corta vida porque su estricto cumplimiento va en contra de las impredecibles corrientes de la historia. La mitad de los irlandeses emigraron a Estados Unidos en el siglo XIX a causa del hambre causada por la crisis de la patata. Más de un millón de judíos rusos se fueron a Israel al desmoronarse el imperio soviético. Los ucranianos expatriados a causa de la guerra alcanzan ya más de cuatro millones.

Las gentes huyen de las guerras, el hambre, la persecución, en busca de horizontes de trabajo o empujados por la esperanza de una vida más........

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