La definición de la extrema derecha admite muchos calificativos que pueden cambiar según los países en los que tienen poca o mucha representación política. Los partidos que están a la derecha de la derecha son ultraconservadores, ultranacionalistas y autoritarios. Es inútil disimular que no existen o que no tienen cabida en un sistema democrático. Solo hay que echar una mirada al mapa con los resultados electorales de los últimos años para comprobar su presencia organizada en los parlamentos y gobiernos.

La extrema derecha europea tiene rasgos inconfundibles. Es antiinmigración, antieuropea, tal como la UE está contemplada en los tratados, es profundamente contraria a la llegada de musulmanes y al libre ejercicio de sus ritos religiosos y tiene una idea supremacista de la sociedad occidental. Estos trazos se detectan claramente en el EE.UU. trumpista y, con una agravante caótica, en la Argentina de Milei.

Geert Wilders

La victoria de Geert Wilders en los Países Bajos no es un dato sorprendente sino una tendencia que se observa en todas las de­mocracias occidentales. Italia está gobernada por Giorgia Meloni, del partido Her­manos de Italia, que cabe calificar como de extrema derecha; Viktor Orbán gobierna Hungría desde el 2010 y está en la derecha extrema; el Partido de los Finlandeses ha entrado en una coalición de gobierno en Helsinki; los Demócratas de Suecia son un socio de facto del Gobierno de Estocolmo y en España, Vox es la tercera fuerza política en el Congreso y con representación en los gobiernos autonómicos de Aragón, Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Extremadura.

La tendencia se repite en Francia, donde a Marine Le Pen las encuestas la sitúan por encima de Emmanuel Macron en las presidenciales del 2027. Alternativa para Alemania es la segunda fuerza en las encuestas y podría ser decisiva en un nuevo Bundestag. En Eslovaquia ganó Robert Fico, un populista socialdemócrata prorruso y antinorteamericano. El Gobierno de Netanyahu es una coalición de extrema derecha, atemperada por la guerra de Israel contra Hamas al entrar en el Gabinete el partido de la oposición. La extrema derecha se resiste a dejar el poder en Polonia, pero gracias a su resultado electoral, el europeísta Donald Tusk acabará formando gobierno.

El panorama en esta Europa que se prepara para las elecciones al Europarlamento del mes de junio no es estable y puede haber muchas sorpresas. Al margen de los resultados que se puedan dar, lo más novedoso es que el discurso de la extrema derecha conquista zonas de la centralidad que durante muchos años ocupaban los conservadores y los socialdemócratas, que son los artífices del Estado de bienestar.

La democracia no desaparecerá en Europa, sostiene el analista Gideon Rachman, pero­ esta corriente de fondo de derecha extrema pretende cambiar la UE desde dentro para hacerla más exclusiva, más supremacista, más endógena. Curiosamente, todos esos partidos son amigos comprensivos de Putin, con quien comparten la estrategia de hacer una Europa más débil, más fragmentada, menos libre y menos próspera.

Los partidos de la centralidad tendrán que derribar los muros que ellos mismos han levantado si no quieren ser víctimas de los extremos, que les obligan a modificar sus respectivos discursos, perdiendo por el camino millones de votos, que les roban los radicales a su derecha y a su izquierda.

QOSHE - La centralidad europea, en peligro - Lluís Foix
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

La centralidad europea, en peligro

6 0
29.11.2023

La definición de la extrema derecha admite muchos calificativos que pueden cambiar según los países en los que tienen poca o mucha representación política. Los partidos que están a la derecha de la derecha son ultraconservadores, ultranacionalistas y autoritarios. Es inútil disimular que no existen o que no tienen cabida en un sistema democrático. Solo hay que echar una mirada al mapa con los resultados electorales de los últimos años para comprobar su presencia organizada en los parlamentos y gobiernos.

La extrema derecha europea tiene rasgos inconfundibles. Es antiinmigración, antieuropea, tal como la UE está contemplada en los tratados, es profundamente contraria a la llegada de musulmanes y al libre ejercicio de sus ritos religiosos y tiene una idea supremacista de la sociedad occidental. Estos trazos se detectan claramente en el........

© La Vanguardia


Get it on Google Play