De pequeña, cuando aparecían imá­genes de una guerra en las noticias, iba corriendo al baño para llorar a escondidas. Me daba vergüenza que me vieran llorar por unos contenidos graves, serios, importantes, que parecían no inmutar a los adultos. Luego, poco a poco, fui habituándome a comer y cenar con desgracias ajenas en los informativos. La inaceptable cifra de muertos titulaba escenas con una dosis exacta de horror que me permitía seguir comiendo sin cortarme la digestión.

Ahora el horror aguanta apenas unas semanas en portada, si no hay actualizaciones. Enseguida lo desbanca el enésimo desencuentro entre políticos, la última pataleta del CGPJ, el resultado de la Liga. Pero ese horror se cuela en todas partes, irrumpe todo el tiempo: mientras te entretienes con las redes sociales en el metro, o buscas un vídeo o haces zapping. Lo que ves es tan espeluznante que no logras entender cómo lo toleras, cómo puedes seguir tranquilamente hacia el trabajo o el bar donde has quedado. Haces scroll, un pestañeo digital, y cambias de tema, miras otra cosa. El mal sigue ahí, no duele hasta que vuelves a verlo. Entonces cierras los ojos de nuevo. Como un miedo infantil que desapareciera fácilmente.

Así lo asimilamos, otro paso de la banalización del mal acuñada por Hannah Arendt. Burócratas, archivamos el horror como uno más del sinfín de contenidos que nos impactan a diario. No podemos creer que nadie evite esta masacre. Y, a la vez, nos sentimos incapaces de hacer nada. Hemos asimilado también una percepción de impotencia que solo sabemos ­soportar mediante la indiferencia. Es un ejercicio de insensibilización al que nos sometemos desde hace años para sobrevivir; gota a gota, va calando y penetrando. Varios periodistas y presentadores de noticias han roto a llorar mientras informaban sobre Gaza. Y lo que me avergüenza de adulta es que no lloremos todos. Como mínimo.

QOSHE - Asimilación del mal - Llucia Ramis
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Asimilación del mal

4 0
08.11.2023

De pequeña, cuando aparecían imá­genes de una guerra en las noticias, iba corriendo al baño para llorar a escondidas. Me daba vergüenza que me vieran llorar por unos contenidos graves, serios, importantes, que parecían no inmutar a los adultos. Luego, poco a poco, fui habituándome a comer y cenar con desgracias ajenas en los informativos. La inaceptable cifra de muertos titulaba escenas con una dosis exacta de horror que me permitía seguir comiendo sin cortarme la........

© La Vanguardia


Get it on Google Play