En las últimas reuniones del Foro Económico Mundial, unos 200 supermillonarios (ninguno español) reclamaron pagar más impuestos para redistribuir la riqueza. Se desplazaron a Davos en jet privado. Entre quienes presumen de preocuparse por el medio ambiente, muchos viajan en jet a las cumbres del clima, tanto si se celebran en Dubái –quizás el lugar más insostenible del planeta– como al lado de casa. Uno de cada cinco trayectos en Europa es inferior a la distancia entre Madrid y València. El 40% van vacíos.

Se calcula que cinco horas de vuelo en avión privado generan las mismas toneladas de CO2 que tu en un año. Viajar en jet contamina 14 veces más que hacerlo en un vuelo comercial y 50 veces más que un tren de alta velocidad. Según Oxfam, el 1% más rico de la población mundial genera más emisiones que el 66% más pobre. La pregunta es pertinente: ¿por qué no se prohíben esos aviones privados? Por lo menos su uso indiscriminado o en las distancias cortas.

Sería una prueba convincente de que los gobiernos responden a necesidades que afectan a todo el mundo, independientemente de su nivel adquisitivo. El impacto en la sociedad sería mínimo, nuestro día a día no variaría, y los efectos resultarían notables. Además, se transmitiría la idea de que hay prácticas que no pueden pagarse con dinero. La comodidad de unas poquísimas personas que van en jet como quien va en coche no es viable ni justificable cuando perjudica al conjunto del planeta. Mantener los jets no aporta nada. Los responsables políticos demostrarían que se toman en serio la emergencia climática.

Sin embargo, los jets están excluidos de la legislación de la UE sobre emisiones, y no tienen limitaciones, pese a ser el medio de transporte más contaminante y el menos equitativo por kilómetro y pasajero. Francia plantea aplicarles tasas especiales. Pero, además de insuficiente, la medida comporta riesgos. No ejemplariza –sí lo haría fomentar alternativas– y es legitimadora: por más impuestos que paguen, los jets nunca compensarán el destrozo que provocan. Además, sus usuarios percibirán que, como abonan tasas extras, y su dinero potenciará investigaciones para minimizar emisiones, pueden permitírselo.

Lo veremos con la sequía: encarecer el agua no hará mella en las rentas más altas, ni alterará su comportamiento, porque la satisfacción de llenar la piscina no les va a sus propietarios de unos centenares de euros. Pese al plan de emergencia, siguen dándose licencias para su construcción en Catalunya. Y en Sant Antoni de Portmany se ha autorizado la edificación de casi mil nuevas viviendas, aunque el verano pasado las restricciones ya afectaron a turistas y residentes. Por cierto, el trayecto entre Eivissa y Palma está entre las rutas aéreas europeas más utilizadas en jet (la distancia es de unos 130 km).

Si no se prohíben los aviones privados, acabarán democratizándose. Algunas compañías proponen aprovechar el 40% de vuelos vacíos para vender el billete a quien quiera hacer ese trayecto. Lo cual generará un negocio. Y si hay negocio, habrá más jets. De hecho, su uso se ha disparado en los últimos años. Existen muchos tipos de fortuna, pero siempre prevalece la potenciada por el capitalismo, a la que aspira la mayoría: envolverse de lujo y llegar a todas partes sin perder tiempo. Estaría bien valorar los auténticos privilegios: respirar aire puro, darle tiempo al tiempo y disfrutar del trayecto. Son más beneficiosos, placenteros y difíciles de conseguir. Eso sí sería redistribuir la riqueza.

QOSHE - Prohibir los jets privados - Llucia Ramis
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Prohibir los jets privados

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16.02.2024

En las últimas reuniones del Foro Económico Mundial, unos 200 supermillonarios (ninguno español) reclamaron pagar más impuestos para redistribuir la riqueza. Se desplazaron a Davos en jet privado. Entre quienes presumen de preocuparse por el medio ambiente, muchos viajan en jet a las cumbres del clima, tanto si se celebran en Dubái –quizás el lugar más insostenible del planeta– como al lado de casa. Uno de cada cinco trayectos en Europa es inferior a la distancia entre Madrid y València. El 40% van vacíos.

Se calcula que cinco horas de vuelo en avión privado generan las mismas toneladas de CO2 que tu en un año. Viajar en jet contamina 14 veces más que hacerlo en un vuelo comercial y 50 veces más que un tren de alta velocidad. Según Oxfam, el 1% más rico de la población mundial genera más emisiones que el 66% más pobre. La pregunta es pertinente: ¿por qué no se........

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