Colin Farrell protagonizó hace veinte años una trepidante película titulada Última llamada, donde un publicista se encuentra de repente atrapado en una cabina telefónica de Nueva York debido a las amenazas de un francotirador que le está apuntando: si cuelga el aparato, morirá. No fue tan dramático, pero la política catalana también estuvo atrapada la noche del domingo pasado por la llamada que hizo Pere Aragonès a Yolanda Díaz. El presidente de la Generalitat habló por su móvil con la vicepresidenta del Gobierno para explicarle que sus socios de En Comú Podem estaban dispuestos a hacer saltar por los aires los presupuestos catalanes, lo que iba a comportar que los presupuestos españoles cayeran detrás, por un maldito casino en Tarragona que ni siquiera aparecía en ellos.

Hubiera sido interesantísimo escuchar la conversación para conocer los argumentos de ambos políticos. Es posible que Aragonès le hiciera ver el disparate que suponía el empecinamiento de los comunes catalanes y que Díaz le respondiera que lo entendía perfectamente, pero que Colau mandaba mucho y quería demostrar su fuerza, sobre todo después de que Jaume Collboni la esté ninguneando en el Consistorio, donde quiere formar parte del equipo de gobierno municipal, sin conseguirlo. A lo mejor no estuvo tan explícita y se limitó a contestar que haría lo que pudiera pero que En Comú Podem son muy suyos. Lo que sí sabemos es que Díaz hizo esta última llamada, pero duró poco y solo hizo que empeorar la situación. Las llamadasin extremisa los francotiradores acostumbran a salir mal.

La sensación es que Yolanda Díaz sale de esta crisis debilitada. Su formación es una hidra de siete cabezas, cada una con discurso propio. En política, cuando tantos mandan, el resultado es que nadie obedece. Y el sentido común no se vende en fascículos, sino en único libro compartido. Su soledad en el Congreso de esta semana ha demostrado que no solo los republicanos están decepcionados por su poca influencia, sino sobre todo los socialistas, que han comprobado la poca fiabilidad de Sumar. Una llamada puede cambiarnos la vida, como en el filme de Colin Farrell,no siempre para bien.

QOSHE - Última llamada - Màrius Carol
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Última llamada

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17.03.2024

Colin Farrell protagonizó hace veinte años una trepidante película titulada Última llamada, donde un publicista se encuentra de repente atrapado en una cabina telefónica de Nueva York debido a las amenazas de un francotirador que le está apuntando: si cuelga el aparato, morirá. No fue tan dramático, pero la política catalana también estuvo atrapada la noche del domingo pasado por la llamada que hizo Pere Aragonès a Yolanda Díaz. El presidente de la Generalitat habló por su móvil con la vicepresidenta del Gobierno para........

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