El cartel de campaña de Carles Puigdemont no puede ser más atípico: el candidato no mira de frente y viaja en el asiento trasero de un coche. Pretende remitir a su regreso, pero sobre todo lo aleja de la imagen de su huida en un maletero, que él siempre ha negado. Viste de forma impecable, con traje y corbata, y coloca su mano bajo la barbilla, lo que le permite mostrar su anillo de casado para sugerir que todo está en orden en casa.

JxCat ha apostado por lucir de Puigdemont, como la solución a todos los problemas, como el hombre que lo puede garantizar todo, desde el buen gobierno hasta la independencia. Seguramente no lo veremos confrontando criterios con otros candidatos, porque solo regresará para asistir al pleno del Parlament en que se elegirá al president, aunque no sea él. O así lo ha anunciado. No será el jefe de la oposición si no gana, porque le parece que eso desmerecería su condición institucional. Todo muy personalista, todo condicionado a un acto de fe. Según una de las frases publicitarias de su campaña, es el hombre que Catalunya necesita, el ciudadano providencial que ha de llevar a los catalanes a la gloria.

El cartel electoral impacta, aunque el rostro serio y la mirada indefinida por la ventana podría sugerir que no acaba de reconocer el país que dejó atrás. Han sido seis años y medio en el exilio y seguramente Catalunya es distinta a la que se esperaba. Más necesitada de inversiones que de épica, más preocupada por la sequía que por un referéndum.

El compromiso del retorno de Puigdemont desde su nueva residencia del Vallespir, a media hora de su casa en Girona, es un factor nuevo. Josep Pla escribió que el catalán es un fugitivo, que a veces huye de sí mismo. Llega a decir que huye intelectual y moralmente, que a veces parece un cobarde y otras un orgulloso sombrío. Así que igual se identifica en su modo de escapar de la realidad que precipitó el 27-O. Todo puede ser. Aunque Pla también advirtió: “Sinceramente hablando, el catalán es un pueblo que nunca está contento”. Y eso, como la vida, da sorpresas.

QOSHE - Un candidato de perfil - Màrius Carol
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Un candidato de perfil

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19.04.2024

El cartel de campaña de Carles Puigdemont no puede ser más atípico: el candidato no mira de frente y viaja en el asiento trasero de un coche. Pretende remitir a su regreso, pero sobre todo lo aleja de la imagen de su huida en un maletero, que él siempre ha negado. Viste de forma impecable, con traje y corbata, y coloca su mano bajo la barbilla, lo que le permite mostrar su anillo de casado para sugerir que todo está en orden en casa.

JxCat ha apostado por lucir de Puigdemont, como la solución a todos los........

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