Este viernes, coincidiendo con la llegada de diciembre, en Barcelona se inaugura el tradicional pesebre de la plaza Sant Jaume. El lunes empezó la cuenta atrás. Para ir preparando el terreno, se anunciaron sus características principales y se difundió una de esas imágenes que antes de la IA solíamos denominar virtuales, con cuatro maniquíes de público.

El pesebre llega con cuatro novedades. De entrada, vuelve a ser una representación física, tras años de virtualidad por la pandemia. En segundo lugar, lo componen figuras recortables como si emergieran de uno de aquellos libros infantiles con páginas desplegables que adquieren volumen. En tercer lugar, su artífice es un escenógrafo de apellido ideal para el pesebrismo, Ignasi Cristià, un aptónimo de primer orden. Finalmente, la cuarta novedad del pesebre es que este año al frente del Ayuntamiento ya no está Ada Colau, lo que reduce drásticamente el número de haters que criticaban el pesebre, fuera cual fuera, por metonimia de contigüidad.

¿Se romperá, tras la obligada pausa pandémica, la tradición de criticarlo de modo despiadado que se generó durante el colauismo? ¿Con qué disposición nos acercaremos los barceloneses a la plaza Sant Jaume a partir de este viernes? ¿Pagará el pesebre de Ignasi Cristià los platos rotos de la situación políti­ca? Para suscitar odio hay que tener una cierta grandeza. ¿La tienen el alcalde Collboni o el presidente Aragonès, a un lado y otro de la plaza? Lo veremos a partir del viernes.

De entrada, la idea del recortable parece interesante, no exenta de un cierto recorrido metafórico, y la alusión a la tradición napolitana es sugestiva. Seguro que invertiremos un buen rato en la parte posterior del montaje, leyendo los plafones que recogen la historia de esta tradición de incorporar al pesebre ciudadanos corrientes.

Por cierto, entre las incorporaciones al DIEC anunciadas este lunes está la palabra betlem para referirse al pesebre en catalán, pero su uso se centra sobre todo en las Islas Baleares y el País Valenciano. En la plaza Sant Jaume de Barcelona, aunque esté tan cerca de la iglesia de Betlem, le seguiremos llamando pessebre.

QOSHE - Crítica de pesebres - Màrius Serra
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Crítica de pesebres

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29.11.2023

Este viernes, coincidiendo con la llegada de diciembre, en Barcelona se inaugura el tradicional pesebre de la plaza Sant Jaume. El lunes empezó la cuenta atrás. Para ir preparando el terreno, se anunciaron sus características principales y se difundió una de esas imágenes que antes de la IA solíamos denominar virtuales, con cuatro maniquíes de público.

El pesebre llega con cuatro novedades. De entrada, vuelve a ser una representación física, tras años de virtualidad por la pandemia. En segundo lugar, lo componen figuras recortables........

© La Vanguardia


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